Estados Unidos afronta este fin de semana una “peligrosa” ola de calor que afecta especialmente el oeste del país, donde se esperan temperaturas inéditas, anunció este sábado el Servicio Nacional de Meteorología (NWS).
Las altas temperaturas registradas en los últimos días prosiguen hoy y van a extenderse a lo largo de la semana. Según el NWS, en el oeste serán durante el día entre 10 y 20 grados Fahrenheit superiores a la media.
Así, en el centro de California se espera llegar a entre 100 y 110 grados Fahrenheit (entre 37,7 y los 43,3 grados Celsius), y entre los 115 y 120 grados Fahrenheit (de 46,1 a los 48,8 grados Celsius) en el desierto del sur de ese Estado, así como en el sur de Nevada y en Arizona.
El Servicio Meteorológico precisó que aunque el epicentro de esas altas temperaturas se ubica en el suroeste del país, en el sur de Florida, en la otra costa, persistirá una situación de bochorno, con altos niveles de humedad y temperaturas de hasta 110 grados Fahrenheit por las tardes.
En la parte oeste estadounidense no se prevén lluvias, a diferencia del noreste, donde el NWS ha lanzado alerta de inundaciones. “También hay potencial de fuertes tormentas en el centro”, añadió su boletín.
Este sábado, la Unión de Científicos Conscientes (UCS, por sus siglas en inglés) apuntó que 143 millones de los cerca de 332 millones de habitantes de EE.UU. están bajo una alerta de clima extremo. Su herramienta cuenta a los afectados por incendios forestales, inundaciones, tormentas tropicales o máximo calor.
Sus cálculos recalcan que el 33 % de personas que actualmente ha recibido ese tipo de alertas vive en áreas consideradas desfavorecidas. La llamada “temporada de peligro”, según recuerda, es el periodo entre mayo y octubre en el que Norteamérica experimenta sus peores “impactos climáticos”.
EFE