La Ley de Stein sostiene que “Si algo no puede durar para siempre, se detendrá”.
Por New York Post
El difunto Herbert Stein hizo la observación sobre las tendencias económicas, pero su axioma describe perfectamente la danza inestable de Joe Biden con la muerte política.
El presidente está tratando de navegar por un camino estrecho entre dos posibles desastres.
Cada uno podría resultar fatal para su mandato, pero si los dos se encuentran, no tiene una oración.
Y es casi seguro que se encontrarán porque los hechos que ya sabemos están abrumadoramente apilados en su contra y pronto habrá más información dañina.
Una pista de su situación se deriva de la insatisfacción del público en general con su actuación.
Los promedios de encuestas recientes compiladas por RealClearPolitics lo muestran con un índice de aprobación de un bajo 42%, y el número se hunde a mediados de los 30 en su manejo de la economía.
Le ha dado por jactarse de sus políticas como “Bidenomics”, lo cual es un movimiento extraño dado el sentimiento público sobre los resultados.
Por márgenes consistentes de al menos 3-1, los votantes dicen que la nación está en el camino equivocado y un asombroso 71% de los encuestados, incluida la mitad de los demócratas, dijo en una encuesta reciente que Biden, de 80 años, es demasiado viejo para buscar un segundo término.
Su naturaleza tambaleante y sus frecuentes congelamientos cerebrales agravan la vista que tiene sobre la colina.
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