La nueva directora del Programa sobre Estado de Derecho del Inter-American Dialogue en Washington, Tamara Taraciuk, afirma que la región tiene “problemas crónicos” como la desigualdad o la inseguridad que las democracias no han sabido solucionar.
Tamara Taraciuk participó esta semana en el conversatorio “Promover juntos la democracia y los derechos humanos España-EE UU-América Latina”, organizado en la Casa de América de Madrid.
La especialista señaló que actualmente existen tres escenarios en la región, uno de ellos las dictaduras, como calificó a la Venezuela de Nicolás Maduro, la de Cuba de Miguel Díaz-Canel y la de Nicaragua de Daniel Ortega.
“En Venezuela hay tres crisis simultanea de DDHH con una falsa percepción de normalización”, dijo Taraciuk.
Para ella, el gran desafío es identificar cuáles son las “alertas tempranas” de estas situaciones, que tienen que ver con ataques a la independencia judicial, a las instituciones electorales, a la prensa independiente, a la sociedad civil, etc.
“Esto ha contribuido a la actual crisis migratoria, la mayor que hemos visto en muchísimos años en la región, generando un enorme desafío tanto para los gobiernos receptores como para los países de tránsito”, agregó.
EL ROL DE ESTADOS UNIDOS
Traciuk antes de ocupar su cargo en Inter-American Dialogue, un red internacional que reúne a distintos líderes en pro de la democracia, dirigía la división de las Américas de la organización de defensa de derechos humanos Human Rights Watch.
Desde su experiencia, la diferencia en materia de retórica y derechos humanos entre el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, y antecesor, Donald Trump, es “abismal”.
“El problema -matizó- es que esto no se refleja claramente en una política exterior definida hacia la región, debido a la competencia con otras preocupaciones, como la guerra en Ucrania o el papel de China”.
Además, destacó que la relación de Estados Unidos con Latinoamérica está fuertemente influenciada por cuestiones como el voto en Florida, con una importante comunidad hispana, o la política migratoria, que en muchos sentidos guían su política exterior.
“También es importante mencionar que Estados Unidos tiene sus propios problemas de democracia, como el ataque al Capitolio” en 2021, recordó.
Para concluir, apuntó que la clave para mejorar la democracia en la región es que los gobiernos trabajen “coordinadamente” y se basen en “estándares comunes” de derechos humanos y política exterior, independientemente de sus ideologías.
Con información de EFE