En horas de la mañana de este martes 30 de mayo, un estruendo proveniente del cerro de Valle Verde, en Puerto La Cruz, encendió las alarmas entre los vecinos del sector.
Javier A. Guaipo // Corresponsalía lapatilla.1eye.us
Lugareños comentaron que de inmediato recordaron el trágico episodio que vivieron el 3 de noviembre de 2022, cuando se produjo el deslave que dejó pérdidas humanas y materiales.
“Eran aproximadamente las 6:00 am cuando se escuchó un ruido similar al de una explosión, además de un pequeño temblor. En medio del temor, todos salimos a la calle a ver qué había pasado, pero no teníamos certeza de nada”, dijo Miguel Márquez, quien reside en la calle Nueva Esparta.
Según un parte policial, a la comunidad acudieron comisiones de los bomberos, policía estadal y Policía Nacional Bolivariana (PNB). Utilizaron un dron para tomar fotografías en el cerro y se percataron que una grieta de la montaña creció en comparación a la última toma realizada cuando se registró el deslave.
Expertos del Cuerpo de Bomberos aseguraron que el sonido de explosión se debió al deslizamiento de las placas tectónicas, que a su vez produjo un temblor de baja magnitud que se sintió en varias calles de Valle Verde.
Pese a que la situación no pasó a mayores, Márquez expresó que todos en la comunidad están “con el Cristo en la boca” ante la posibilidad de sufrir una nueva tragedia.
“Todos estamos preocupados porque las autoridades no han resuelto nada con las familias cuyas casas fueron declaradas en riesgo. Salvo iluminación y asfaltado, por aquí no han hecho más nada y hasta tenemos más de un mes sin agua”.
El lugareño agregó que desde la alcaldía de Sotillo ofrecieron la posibilidad de que cada uno buscara una nueva vivienda, pero el ayuntamiento les aportaría un máximo de 3.000 dólares. Sin embargo, acotó que todavía nadie ha recibido esa ayuda.
“También hicieron un censo de las casas dañadas para dar materiales y reconstruir, pero tampoco se ha concretado nada. Estamos preocupados, porque ya está por entrar el período de lluvias y muchos seguimos aquí, arriesgando nuestras vidas, porque no tenemos a dónde ir”, finalizó.