Podemos pasó a la irrelevancia política y el morado desapareció en Madrid y Valencia

Podemos pasó a la irrelevancia política y el morado desapareció en Madrid y Valencia

Irene Montero junto a la candidata a la Comunidad de Madrid, Alejandra Jacinto. /
EFE

 

 

Podemos pasa a la irrelevancia. Ni los sondeos más pesimistas podían augurar el balance de daños de la formación, que ha pasado de gobernar en seis territorios a aspirar a mantenerse sólo en Navarra, con alguna opción en Asturias. La organización había centrado toda su estrategia en sobrevivir en Madrid y en la Comunidad Valenciana, pero ninguno de esos objetivos se ha visto cumplido. No han logrado representación en ninguna de las dos plazas, como tampoco lo han hecho en Canarias, donde gobernaban en coalición.





Por Ana Cabanillas / El Periódico de España

El partido no logra representación en cinco de los doce territorios que se midieron este domingo en las urnas, y cae en todas las plazas salvo en Extremadura, La Rioja, Murcia y Navarra. Además, pierde más de dos tercios de sus representantes, pasando de un total de 47 diputados autonómicos a los 14 con los que amanecen este lunes. Un “resultado muy malo” para IU que la cúpula de Podemos rehuyó valorar en la noche electoral, delegando la comparecencia pública a la dirección autonómica madrileña, que dio cuenta de su fracaso.

La cúpula morada se volcó durante la campaña en un objetivo muy claro: resistir en Madrid. Las ministras Irene Montero y Ione Belarra centraron la inmensa mayoría de sus actos en la capital, pero ni siquiera este empuje ha sido suficiente. Ni Alejandra Jacinto en la Comunidad ni Roberto Sotomayor en el Ayuntamiento han conseguido representación.

El resultado en Madrid supone todo un golpe para los morados, que ven cómo desaparecen en la misma ciudad que los alumbró, un extremo que Pablo Iglesias consiguió evitar en 2021, cuando dejó el Consejo de Ministros para enfrentarse a Isabel Díaz Ayuso. Dos años después y tras la salida del dirigente de la política institucional, el empuje de Podemos no ha sido suficiente para contener la sangría.

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