La situación salarial venezolana es vergonzosa. El salario mínimo es uno de los más bajos del planeta. Los bonos anunciados no alcanzan tampoco para nada. Los viejitos y pensionados mueren de hambre. La economía está en ruinas y fuera de control.
El gobierno no quiere volver a los diálogos de México. Sabe que si cede en materia electoral está perdido. El rechazo a la gestión gubernamental es inmenso. El gobierno está metido en su propia trampa. Si se consolida su actuación fraudulenta y su ventajismo electoral vendrán nuevas sanciones y será todavía peor. Mientras tanto, buena parte de la oposición avanza hacia unas primarias, que si se realizan como es debido serán una puntilla para el gobierno. Lo que sucedió en Barinas con el triunfo opositor tiende a repetirse ahora a nivel nacional.
Los desfalcos en PDVSA demuestran que la gigantesca crisis no es producto de las sanciones sino sobre todo de la corrupción. Decenas de detenidos que estaban medrando del erario público.
Unas elecciones competitivas los sacarán del poder y no pareciera que para los actuales gobernantes eso pudiera ser una posibilidad. Cuando las sanciones arrecien Chevron tendrá que salir del país y eso agravará todavía más la crisis económica.
Un escenario como el de Nicaragua con las elecciones presidenciales pareciera lo más probable. Inhabilitaciones, cárcel o casa por casa llevarán los principales candidatos opositores si esa actuación se repite. El gobierno igual tratará de dividir para reinar, pero hoy el problema económico es de unas magnitudes insoportables. El gobierno le ha exigido a las negociaciones en México lo imposible. Simplemente porque lo que quiere no está en manos de la oposición. El gobierno está metido en su propia trampa. El final parece que se acerca. Ya son 24 años que comenzaron con una bonanza petrolera y hoy están en una profunda depresión, especialmente por la corrupción y una pobre producción. La campaña opositora debe ser parecida a la que se realizó en Chile contra Pinochet. Planteando la esperanza y la ilusión en la posibilidad de un cambio que recupere al país con optimismo. El secuestro de todos los poderes por parte quienes gobiernan es el obstáculo a vencer. Sin embargo en otras latitudes y volviendo al caso chileno con todos los poderes públicos y la Fuerza Armada en manos del oficialismo, se les escapó el triunfo de las manos. Recordemos que para ese entonces Chile era además una de las economías más fuertes de América Latina y con todo y eso después de más de 15 años los chilenos optaron por el cambio.
En fin, el gobierno es incapaz de revertir el problema salarial, no tiene la manera ni la fórmula y sus días están en cuenta regresiva. Hoy se respira cambio en todos los niveles y en todo el país y ese sentimiento se va a ir incrementando. Al gobierno se le viene el mundo encima.
@Oarnal | [email protected]