Pedro Vicente Castro Guillen: Una visión para la Facultad de Humanidades y Educación de la UCV

Pedro Vicente Castro Guillen: Una visión para la Facultad de Humanidades y Educación de la UCV

Pedro Vicente Castro Guillen @pedrovcastrog

Dr. Pedro Vicente Castro Guillen

Candidato a Decano

La Facultad de Humanidades y Educación (FHE) de la Universidad Central de Venezuela (UCV), donde me presento como candidato a Decano, es el centro de atención de este documento. En este sentido, el marco normativo, doctrinario e ideológico donde se inscribe mi propuesta de gestión está ligado a un ejercicio de la autonomía de los procesos académicos, administrativos y de extensión.





Es importante destacar que el llamado a elecciones de la UCV es el resultado de acuerdos poco claros y escasamente conocidos por la comunidad ucevista, entre el Gobierno Nacional y el Consejo Universitario (CU). Por esta razón, los comicios tendrán lugar con las reglas de juego que dicta un Reglamento transitorio. A pesar de esto, es imperativo aprovechar esta coyuntura para renovar el liderazgo de la UCV y darle un quiebre a la maniobra continuista de las autoridades actuales quienes llevan quince (15) años  en el poder. Durante este largo período, las actuales autoridades permitieron la imposición de una política antiuniversitaria gubernamental que se traduce, entre otros, en la desaparición del presupuesto, la ruptura del vínculo laboral con la Institución universitaria para pasarla a un dispositivo parapresupuestario como la Plataforma Patria, donde se deciden y ejecutan los procesos administrativos y los cambios académicos de todos los miembros de la comunidad. Todas estas, entre otras, han sido maniobras para aniquilar cualquier rastro de autonomía universitaria, sin que los universitarios recibiéramos la debida información. 

Por todo lo expuesto, en un breve y exagerado resumen, me interesa destacar cuatro puntos generales de principios que regirán nuestra gestión:

1- Recuperación del Presupuesto: se debe presionar al Estado, mediante un proyecto de Formulación presupuestaria, para que se asignen los recursos económicos que por Ley nos corresponden. 

2- Salida de la Plataforma Patria de todos los miembros de la Comunidad Universitaria.

3- Restitución de las providencias estudiantiles que permita que los estudiantes puedan asistir adecuadamente a clases.

4- Establecimiento de una nueva relación con el Estado donde la UCV haga sentir su importancia. Abandonar la posición genuflexa e imponer nuestra más genuina convicción de que somos la primera Comunidad Académica de la Nación.

Dentro del marco anterior, concebimos la idea de gestión como un paradigma en donde lo relevante es la reconstrucción. La dirección de la Facultad de Humanidades y Educación debe generar valores con base en la autonomía, la confianza y la autogestión económica que permitan la toma de decisiones y el control de la institución.

Este proceso autónomo tiene que convocar al restablecimiento de la comunicación, entendida como el intercambio de información e ideas con miras a una nueva perspectiva en común. Esta visión debe apoyarse en la certeza de nuestro acervo académico: somos productores de conocimiento capaces de generar propuestas que se articulen en redes internas y externas que deriven en programas de estudio y de investigación. Esta estructura debe apoyarse en plataformas de servicios educativos, administrativos y tecnológicos que permitan planes de funcionamiento que conlleven la ruptura de concepciones aislacionista entre docencia, investigación y extensión. 

La confianza es el soporte de métodos continuos de planificación, cuyos beneficios pueden evaluarse mediante los productos que se obtengan de los programas de investigación diseñados para la autogestión. Esto implica un cambio radical de nuestro papel como institución hacia la sociedad. Para ello, hay que transformar la concepción de docencia e investigación como procesos endógenos o de circulación entre universidades. Debemos insertarnos de manera creativa en los espacios donde podamos colocar nuestros productos con clara visión de escrutinio de la sociedad para conocer las necesidades pequeñas, medianas y grandes y ver cómo podemos satisfacerlas. Es preciso que nos convirtamos en un ente capaz de generar servicios para la sociedad y el mercado. Todo lo anterior, conservando nuestro perfil humanista y de servicio a la sociedad, sin desviarnos hacia visiones economicistas. De estos intercambios surgirá una confianza renovada en la producción de saber a partir de la investigación.

Todo lo antes expuesto nos debe llevar al punto medular que hará posible alcanzar, los valores de nuestro enfoque: autonomía, confianza y autogestión económica y financiera.

La autogestión económica y financiera comprende el uso de los recursos intelectuales que provienen de profesores y estudiantes y, el uso de los recursos administrativos que manejan los empleados. Con ambos, es posible diseñar proyectos para generar recursos económicos que permitan financiar las plataformas de servicios; asimismo, estos planes permitirán mantener y producir nuevas investigaciones para captar recursos.

Como planteamos antes, debemos construir nuevas relaciones con el país, con las instituciones públicas y privadas y el sistema universitario. Es necesaria una nueva concepción de los procesos de investigación como fuente de conocimiento de alta calidad y de alto valor de mercado, en donde prive la capacidad para detectar las necesidades actuales. Debemos ser capaces de construir proyectos de investigación interdisciplinarios, o como me gusta llamarlos, híbridos, donde confluyan varios paradigmas de conocimiento.

Administrar estos planes, programas y proyectos conlleva, asimismo, rendir cuentas de forma clara y transparente a la institución y a los entes contratantes de servicio.

Además de la creación de redes nacionales resulta imperioso establecer redes con instituciones internacionales para ampliar nuestras perspectivas de la autogestión económica y financiera, así como para divulgar nuestro potencial de conocimiento. Para ello es indispensable contar con los inmigrantes venezolanos, expulsados del país por el descalabro ominoso de las condiciones de vida. Muchos de ellos han logrado insertarse en importantes universidades y en prestigiosas instituciones y constituyen para nosotros un recurso valioso para apoyar de manera sostenida la autogestión económica y financiera. 

Esto que nosotros llamamos Autonomía Autogestionada es lo que pretendemos crear para la Facultad de Humanidades y Educación como el inicio de lo que puede ser un proceso de donde deberá surgir la nueva universidad venezolana.