El estado Sucre, ubicado en el oriente de Venezuela, ha sido gobernado desde hace más de 15 años por el Partido Socialista Unido de Venezuela (Psuv), lo que se ha traducido en un evidente deterioro de la calidad de vida de quienes residen en esta región.
Por Víctor Federico González // Corresponsalía lapatilla.1eye.us
La falta de políticas públicas y la ausencia de respuesta por parte de las instituciones del régimen de Nicolás Maduro, ha obligado a los ciudadanos a solventar por sí mismos, en algunos casos de manera parcial, los problemas que enfrentan.
El colapso de los servicios públicos, el pésimo funcionamiento del sistema sanitario, el deterioro de la vialidad y la infraestructura en general, se puede observar en cualquier rincón de la entidad oriental.
Sin embargo, sus habitantes en distintas localidades se niegan a seguir en el rol de observadores de la destrucción y quieren ir más allá aportando su granito de arena para la reconstrucción.
De esta necesidad, surge la autogestión como una opción que procura dar respuesta a los problemas que atraviesa la tierra del Gran Mariscal de Ayacucho. Desde ciudadanos preocupados por su entorno y hasta organizaciones, se han constituido para atender problemáticas que en muchos casos son competencias de autoridades municipales o regionales.
Por ejemplo, el acondicionamiento reiterado de algunos espacios de la Universidad de Oriente (UDO) en Cumaná por parte de la comunidad universitaria es una muestra. Existen otros casos más recientes en Cumanacoa, Santa Fe y la capital de Sucre.
Atienden vialidad en Santa Fe
En el poblado de Santa Fe, ubicado a 45 minutos de la capital de la región, sus habitantes se organizaron para reparar un hueco en la calle principal de la localidad y ya han tenido otras iniciativas vecinales para intentar mejorar la calidad de vida de todos, sin distinción política.
“Somos un grupo de voluntarios con experiencia en atender el problema del agua, pero esta vez quisimos apoyarnos entre nosotros para reparar los daños de la carretera. Santa Fe es un pueblo olvidado por el Gobierno, somos un pueblo donde hemos tenido que llenarnos de ganas y hacer las cosas por nosotros mismos. Aquí la alcaldía no hace nada, todo es para Cumaná y la gobernación brilla por su ausencia”, indicó Enrique Velásquez, dirigente social de Santa Fe, localidad con potencial turístico que escasamente sobrepasa los 25.000 habitantes.
De acuerdo con la explicación de Velásquez, la presencia de este bache en el pavimento fue causada por una tubería de aguas blancas que está rota desde hace más de dos años. En Cumaná y diferentes tramos de la Troncal 9 existen iniciativas ciudadanas como estas, aun cuando es competencia directa de la gobernación de la entidad a través del Servicio Autónomo de Vialidad del estado Sucre (Saves).
Valoran la salud en Montes
Según los pobladores de la parroquia Cocollar, municipio Montes de la región oriental, han pasado muchos años desde que pintaron e hicieron trabajos de mantenimiento al ambulatorio. Viviana Guaimare, residente de la zona, explicó que se han registrado emergencias de noche y han tenido que alumbrar con sus teléfonos, incluso, con los faros de motos ante la falta de alumbrado público e iluminación en las instalaciones del centro de salud.
Guaimare refirió que un grupo de ciudadanos, sin estar involucrados con partidos políticos, instituciones ni organizaciones civiles, se organizó para tratar de solventar algunas deficiencias del ambulatorio. Entre otras, el deterioro de la fachada, la falta de iluminación e insumos médicos.
“Nos organizamos porque somos los principales interesados en que funcionen las cosas. En el proceso recibimos apoyo de los comerciantes, recogimos dinero en la calle, vendimos café, jugo y otras cosas. También recibimos donaciones de insumos, porque allí ni gasa ni inyectadoras había para atender a las personas. Realmente son muchas las carencias, no hay tensiómetros, termómetros ni nebulizadores”, dijo.
Asimismo, manifestó que están interesados en que otras personas u organizaciones se involucren y los ayuden. Aseveró que “el gobierno en vez de apoyar, lo que hace es poner trabas”. De acuerdo con Guaimare, el alcalde chavista de Montes, Tomás Bello, lejos de gestionar soluciones, obstaculiza este tipo de iniciativas ciudadanas.
Autogestión desde la capital
En Cumaná, pese a ser la capital del estado Sucre y donde convergen los distintos poderes públicos, también existen muchas carencias. Los habitantes de la ciudad se han organizado para dar respuesta a trabajos que debería asumir tanto la gobernación chavista de Sucre, la alcaldía de Cumaná, como las direcciones de los ministerios del régimen madurista.
Aunque en algunos casos son soluciones parciales por la gran cantidad de recursos que se necesitan para solucionar de manera definitiva algunos problemas, es destacable la labor de unos pocos que buscan mejoras para la colectividad.
El pasado mes de marzo, un grupo de conductores de la línea Andrés Eloy Blanco se dispusieron a “bachear” la emblemática e intransitable batea de Barrio Sucre.
En ese momento, el presidente de la línea de transporte declaró que la iniciativa surgía debido a la ausencia de atención a la vialidad por parte del Servicio Autónomo de Vialidad del estado Sucre (Saves), el Ejecutivo Regional y la alcaldía capitalina a un problema que se ha extendido desde hace varios años y que afecta a una parte importante de la población que transita esta arteria vial.
Además, también recordó que las autoridades de turno en varias oportunidades anunciaron la intervención de esta avenida, pero hasta ahora no se ha concretado nada.
Al día siguiente, el alcalde Luis Sifontes en su programa de radio reiteró “que en los próximos días estarían interviniendo la batea de Barrio Sucre”, pero a más de un mes del anuncio, sigue sin concretarse el desarrollo de estas labores.
Vale decir que los cumaneses se han quejado en reiteradas oportunidades, a través de redes sociales, sobre el deterioro de este tramo vial y los daños que causa a los vehículos. Los reclamos van orientados a lo costoso que es mantener o reparar un carro, y que nadie responde por eso, teniendo en cuenta la cantidad de personas que diariamente se ven obligadas a transitar por esta zona.