El Empire State ostentó la corona del edificio más alto del mundo durante más de 40 años, hasta que en 1973 se inauguraron las Torres Gemelas. Hoy no es ni siquiera el rascacielos de mayor altura de Nueva York, donde se impone el One World Trade Center con sus 541 metros, pero se mantiene como uno de los más icónicos y reconocidos del mundo.
Por TN
Gran parte de su fama se la debe al estreno de la primera película de King Kong, estrenada el 7 de marzo de 1933. Es por eso que en el Empire State hay un salón especial dedicado exclusivamente al gorila más conocido de Hollywood.
El día que inauguraron el Empire State
El Edificio Chrysler, ubicado en la Avenida Lexington de Nueva York, se inauguró en 1930 y, para entonces, era el más alto del mundo, demostrando así la relevancia de la compañía automotriz. Sin embargo, ese récord apenas le duró 11 meses, dado que John Jakob Raskob, fundador de General Motors, le encargó al arquitecto William F. Lamb que construyera un rascacielos aún más grande.
De esa manera, la obra del Empire State comenzó el 17 de marzo de 1930 en la intersección de la Quinta Avenida y la Calle 35. Luego de 410 días, el edificio tuvo su presentación oficial el 1° de mayo de 1931. La inauguración estuvo a cargo del entonces presidente de Estados Unidos, Herbert Hoover, quien apretó un interruptor desde la Casa Blanca para encender las luces.
La inversión total fue de 41 millones de dólares, mientras que se necesitaron alrededor de 3.500 obreros. En los 102 pisos de la construcción, se utilizaron 10 millones de ladrillos, 60.000 toneladas de acero y 6.5000 ventanas. En un principio, tuvo una altura de 381 metros, mientras que en 1953 llegó a los 443,2 metros, tras la reforma en la que se instaló una torre de emisión y una antena.
Desde entonces, no hubo nuevas modificaciones que cambiaran la altura, aunque sí se hicieron ciertos cambios. En 1964, por ejemplo, se pusieron focos en la cúpula de la fachada. Además, añadieron en 2012 un sistema de luces LED para iluminar los pisos más altos de diferentes colores, que dependen del evento político, la fecha festiva o el homenaje en cuestión.
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