Martín Mestre no descansó hasta encontrar a Jaime Saade, el asesinó de su hija. Pasó más de 26 años investigando, intentando encontrar alguna pista que diera con su paradero. Su búsqueda dio frutos y finalmente lo encontró en 2020 en Belo Horizonte, Brasil, donde vivía otra vida con su esposa y dos hijos brasileños bajo el nombre falso de Henrique dos Santos Abdala.
Por Samuel Losada Iriarte | Infobae
Saade —condenado a 27 años de prisión por un tribunal colombiano en ausencia en 1996 por asesinar y violar a Nancy Mestre— fue arrestado en 2020 por Interpol, pero el Supremo Tribunal Federal (STF) de Brasil negó ese mismo año su extradición a Colombia. Mestre no bajó los brazos, apeló la decisión y esperó, aunque el tiempo estaba en su contra porque el crimen, de acuerdo a las leyes de su país, prescribe este año.
El martes, los magistrados del STF volvieron a reunirse y por mayoría de votos aprobaron la extradición de Saade. La decisión fue tomada por la Segunda Sala del alto tribunal brasileño, que volvió a analizar el caso.
Martín juró que encontraría al asesino de su hija. Y, aunque las posibilidades parecían remotas, el arquitecto y profesor universitario no desfalleció. Hizo un curso de inteligencia y comenzó a investigar. Sabía que la única posibilidad de encontrar alguna pista era acercándose a la familia del asesino. Para ello creó perfiles falsos en redes sociales de dos hombres y dos mujeres con apellidos árabes que supuestamente vivían en el mismo pueblo colombiano de donde son originalmente los Saade. Pasaron muchos años, casi dos décadas, y no encontraba ningún rastro.
“En el juzgado fueron muy celosos de que la orden de captura se mantuviera vigente. Yo iba muy a menudo. Siempre pensaba que ellos dirían ‘ya vienen el viejo cansón este’, pero no, me colaboraban mucho, se condolían de un padre que sufría la muerte de su hija y querían que se hiciera justicia”, dijo Martín en una entrevista a El País de España en 2021.
Finalmente, gracias a las conversaciones que mantuvo con los familiares de Jaime, encontró un par de pistas clave. Primero, supo que uno de los hermanos de Jaime vive en Brasil y luego en los chats aparecía de manera recurrente una palabra que lo llevó a determinar que el asesino de su hija podría estar en la costera ciudad brasileña de Belo Horizonte.
Martín llevó los hallazgos de su investigación a las autoridades, quienes con las información suministrada pudieron encontrar un perfil similar al de Jaime Saade. La persona se hacía llamar Henrique Dos Santos Abdala, estaba casado y tenía dos hijos. La policía brasileña siguió su pista y gracias a un vaso que bebió en un bar pudieron cotejar su huella: era el asesino de su hija.
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