En la misión de Apolo 13, nada resultó según lo estipulado por la NASA. El plan inicial de aterrizar en la luna quedó descartado tras una explosión en la nave y el único objetivo de los astronautas pasó a ser regresar con vida a la Tierra. En esa situación caótica fue que nació la frase que, con un cambio sutil, se convirtió en emblema e incluso llegó al cine: “Houston, tenemos un problema”.
Por TN
El 11 de abril de 1970, despegó desde el Centro espacial John F. Kennedy la nave de Apolo 13, la séptima misión tripulada del programa Apolo y la tercera que estaba destinada a realizar un alunizaje. A bordo iba el comandante Jim Lovell, el piloto del módulo de mando Jack Swigert y el piloto del módulo lunar Fred Haise.
Tras dos días de misión, el 13 de abril, se registró una explosión en el módulo de servicio: cuando se encendió el sistema para remover el oxígeno líquido de uno de los tanques, un cable deteriorado provocó un cortocircuito y un posterior estallido, que dejó salir el contenido del tanque al exterior.
Apolo XIII: cómo lograron sobrevivir los astronautas
Tras la explosión, los astronautas se vieron obligados a suspender el viaje. Es que el oxígeno no sólo era necesario para respirar, sino también para generar energía eléctrica, por lo que los sistemas de propulsión del módulo de servicio no podían funcionar.
Entonces, desconectaron los sistemas del módulo de mando para preservar los recursos y se trasladaron al módulo lunar,que tenía las baterías cargadas y los tanques de oxígeno llenos.
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