Gerardo Lucas: Mentir o engañarse con estadísticas

Gerardo Lucas: Mentir o engañarse con estadísticas

Mentir con estadísticas es una práctica de vieja data, engañarse con estadísticas parece ser la nueva modalidad criolla. 

Hace poco, el Ministro de Agricultura y Tierras, Wilmar Castro, “soltó el dato” sobre la producción agrícola en Venezuela, tal como lo reseñó la fuente oficial (El Informante del Diario Ultimas Noticias): “La producción agrícola en Venezuela aportó el 10,98% al PIB nacional. Esa contribución se convirtió en referente al que no le podemos fallar (no entendemos lo que quiso decir), por eso los esfuerzos en fortalecer la investigación y el conocimiento de nuestros equipos de trabajo”. 

Nos imaginamos que el ministro se siente muy satisfecho con el nivel del aporte alcanzado por la producción agrícola, al punto de que considera que “esa contribución se convirtió en referente”. En definitiva, sostiene que, mientras mayor sea la contribución de la agricultura al Producto Interno, mayor será el éxito del sector y de las políticas públicas impulsadas por el gobierno.





Bueno, la realidad que aparentemente desconoce, o por la cual no se paseó el Ministro al dar tal declaración, es que, por el contrario, mientras más alto es el aporte de la agricultura en el Producto Interno, más atrasado es el país. En efecto, los países más desarrollados son los que tienen la más baja participación agrícola en el PIB. En la Unión Europea la participación de la agricultura en el Producto Interno es del 1,6%, en Japón 1,1%, en Estados Unidos 0,9%. Mientras que el 10,98 % venezolano es equivalente al de Eritrea, Surinam, Egipto, Kosovo, por mencionar algunos.

En Venezuela, la aportación del Producto Agrícola en el PIB en 1930 alcanzaba el 22%, luego con la modernización del país, fue bajando hasta lograr un 4,1% en 1996, llegando a su punto mínimo en el 2006 con el 3,6%, gracias a la expansión económica que produjo el boom petrolero del momento. 

La participación del sector agrícola se triplicó en estos últimos años, no fue por una revolución agrícola, sino porque la revolución acabó con la producción industrial, la construcción, la producción y refinación petrolera, y en general, con la actividad productiva.

Los personeros del gobierno nos tienen acostumbrados a dar estadísticas, generalmente porcentajes, para crear en la población la ilusión de una mejora o prosperidad. Por ejemplo, el año pasado el Presidente del BCV, que debe publicar estadísticas económicas, anunció que Venezuela era el país con mayor crecimiento económico de América Latina. Curiosamente, durante este primer trimestre del año, los representantes del Ejecutivo están particularmente callados, posiblemente, como  consecuencia de los efectos económicos adversos que tuvo sobre el consumo el reciente desplome del bolívar.

Economista/ Historiador. https://gerardolucas.wordpress.com/