William Anseume: Trabajadores sin interlocutores

William Anseume: Trabajadores sin interlocutores

Enero comenzó, como era de esperarse, con lucha callejera en todo el país por los derechos laborales conculcados sistemáticamente por el régimen de Nicolás Maduro. Profesores, maestros, médicos y demás personal de salud, trabajadores y obreros públicos, las empresas básicas, jubilados y pensionados no paramos aún de manifestar nuestro malestar por el maltrato continuado que nos aplican desde el poder.

La respuesta ha sido la apropiada de un régimen despótico que desconoce y desoye los reclamos. Persecución, despidos, amenazas, prisión de sindicalistas, una ley, recién promulgada, para que los estudiantes den clases en atención al derecho a la educación, también un mísero bono de guerra económica que sueltan, discriminando en sus montos a los jubilados a unos trabajadores un mes y a otros ningún mes. Se bate el régimen en la consideración de que posee todo el poder inmodificable. El salario mínimo continúa en los cinco dólares propenso a una mayor devaluación y a él se anclan los depauperados, inexistentes, sueldos de las tablas de toda la administración pública.

Los empresarios, sentados en discusiones propuestas por la Organización internacional del Trabajo le hacen el quite a los déspotas y mencionan que para abril pudiera haber una propuesta económica para los trabajadores, pero que es el “ejecutivo” a quien pertenece la palabra final. Una agrupación sindical volvió a asomar el monto que confusamente habían propuesto primero los empresarios: 50$. Todo esto, más la absurda postergación de una decisión tangible e inmediata, en precisa desatención de la urgencia económica de los trabajadores, crispa más el ambiente y el hambre, los padecimientos y las carencias generalizadas. Deseamos el pago de lo justo. No más. Lo legal. Lo constitucional. Lo relativo a los derechos humanos. Nada más.





No hay ministro del despotismo tiránico que de la cara siquiera. Son como inexistencias disueltas en el Sistema Patria. ¿Hay un ministro del trabajo del régimen que diga algo, lo que sea? No. ¿Dónde está la ministra de educación universitaria? ¿Contando votos irreversibles? ¿Dónde yacen la ministra de educación y el de salud? ¿Están también asilados, expatriados? La economía venezolana continúa en su plan de entregar dólares a la banca para tratar de mitigar el valor de la “moneda”. ¿Es ese el macro plan económico del régimen para enfrentar tan delicada situación? ¿Dónde están los reales de los trabajadores? ¿En conciertos? ¿En estadios? ¿En las pintarreajadas universidades? ¿La propuesta es que comamos cables, ladrillos, cemento, asfalto y tomemos pintura pegada?

El proceso tiende a radicalizarse, justamente. Demasiado pacientes hemos sido con quienes para nada lo merecen. Ayer volví a citarme en una reunión: “No estoy dispuesto a financiar a este régimen del terror con trabajo”. Se anuncian paros. Más reuniones. Más calle. Todo es carencia. Mientras el régimen se hace el sordo. No el loco. Los gremios y sindicatos unidos debemos proseguir la lucha en la calle, en las redes, en los medios que quedan más o menos libres. Se entiende que en la OIT el régimen también saldrá aplazado. No nos conviene el retiro de esa instancia, lo que si le conviene a los sátrapas. Pero el resultado de la evaluación allí no puede ser otro que el verdadero: el Estado no ha cumplido con los trabajadores ni tiene intención alguna de ello. Por lo tanto, los trabajadores, jubilados y pensionados debemos seguir en la reacción al ataque permanente, sin detención.