La música, un refugio psicológico para los ucranianos, víctimas de la invasión rusa

La música, un refugio psicológico para los ucranianos, víctimas de la invasión rusa

Investigan al exministro del Interior por el accidente de helicóptero en Kiev. EFE/EPA/SERGEY DOLZHENKO

 

 

 





Durante el año de invasión rusa la música ha alentado a los ucranianos a resistir, ha aportado un refugio psicológico en medio de la destrucción y ha reflejado los cambios tectónicos en la sociedad del país invadido.

Cuando las primeras explosiones sacudieron Ucrania hace un año, muchos ucranianos se sintieron desorientados.

Entonces, una versión moderna de la canción tradicional “Oh, el sauquillo rojo en el prado”, del popular cantante Andriy Khlyvniuk, se convirtió en uno de los primeros gritos de batalla que contribuyeron a afianzar la sensación de que el país estaba unido frente al enemigo.

La primera vez que Khlyvniuk interpretó la canción, lo hizo ‘a cappella’, días después del inicio de la invasión, en una desierta Plaza de Santa Sofía en Kiev, vestido con un uniforme militar y empuñando un rifle, tras haberse alistado como voluntario para defender la capital.

Entretanto, existe una versión de Pink Floyd y la canción está muy presente en los espacios públicos de Ucrania.

La elección del tema no fue arbitraria, puesto que nació durante las luchas previas de Ucrania por su independencia de Rusia en el siglo XX y manifiesta la esperanza de que el presente intento sea exitoso.

No es la única canción tradicional que ha adquirido un significado especial, según la etnomusicóloga Anna Chernous, ya que la guerra ha puesto de manifiesto los paralelismos entre acontecimientos históricos y actuales.

“La música ayuda a expresar emociones, aportando una sensación de liberación y sirve como plataforma de comunicación compartida”, dice a EFE Chernous, que ha fundado en Leópolis, al oeste del país, un club de canto folclórico.

Éste ha reunido a ucranianos desplazados de diferentes edades y profesiones, que a través del canto han encontrado una forma de integrarse en la comunidad local, de mejorar su conocimiento de la lengua ucraniana y encontrar alivio de los horrores de los que han sido testigos.

Aunque las reuniones regulares se han visto canceladas por problemas con la calefacción debidos a los apagones, el grupo se congregó en Navidad para cantar villancicos y, en un vídeo que muestra Chernous, los participantes sonríen mientras cantan a la luz de las velas en un apartamento sin electricidad.

La etnomusicóloga piensa que es posible que muchas de las canciones que están siendo creadas ahora se conviertan en parte del folclore para generaciones futuras.

Aunque antes de la guerra muchos artistas cantaban en ruso y había cantantes rusos que eran populares también, la situación ha cambiado de forma drástica.

Así, canciones en ucraniano recién compuestas encabezan las tendencias de reproducción en YouTube, reflejando la transición del ruso al ucraniano por parte de muchos ucranianos hasta ahora rusoparlantes.

Andriy Shalimov, un rapero conocido como “Freel”, ha seguido creando temas en ucraniano a pesar de tener que cuidar de sus gemelos recién nacidos en medio de los apagones que experimentó Kiev debido a los ataques rusos contra la infraestructura energética del país.

“Componer música es un proceso que ocurre de forma natural. Me sirve de fuente de inspiración y espero que sea así también para los demás”, declara a EFE.

Las dificultades a las que se ha enfrentado han sido sobre todo de origen técnico, relacionado con el reto de cargar los dispositivos requeridos y grabar en el estudio durante el punto álgido de los apagones.

Uno de sus últimos temas, “Cuando Acaben las Guerras”, cuenta con la participación de Jamala, la cantante ucraniana de etnia tártara crimeana que fue vencedora de Eurovisión en 2016 y habla según “Freel” del día en que Ucrania gane y Rusia se vea obligada a poner fin a sus guerras de conquista.

Ahora mismo, el rapero está componiendo una canción en la que habla a sus hijos sobre la guerra.

“No esperaba que su infancia fuera así. Pero espero que, si recibimos más armas de nuestros aliados -que deberían tener en cuenta que renunciamos a nuestro enorme arsenal nuclear en la década de los 90-, la guerra pueda terminar relativamente pronto”, señala.

Entretanto, afirma, nada podrá impedirle seguir componiendo, a menos que en su casa “caiga directamente una bomba rusa”, afirma. “Mientras tenga un cuaderno, seguiré haciéndolo”, concluye.

EFE