Guido Sosola: Qué pasó con el Ferrari

Guido Sosola: Qué pasó con el Ferrari

Guido Sosola @SosolaGuido

Semanas decembrinas cada vez más atrás, observamos atentamente un corto video relacionado con un individuo que insultó y empujó a agentes de la Policía de Chacao después de solicitarle probablemente su identificación. Enfurecido, alegó ser una alta autoridad militar y prosiguió su camino luego de incurrir presuntamente en una falta o delito de tránsito.

Las autoridades municipales grabaron preventivamente las escenas de la confrontación nocturna, ahora, con más de dos millones de reproducciones, localizado el video en la cuenta del periodista @danielgcolina (https://twitter.com/danielgcolina/status/1604168914774405120), obviamente útil si había una mayor demostración de poder del ofendido conductor del lujo automóvil que, sencillamente, se largó del lugar. Y, claro está, cundieron los comentarios en las redes digitales a favor de los agentes. No obstante, es necesario observar que otro hubiese sido el destino del insultante conductor de haber andado – digamos – en un “Corollita” viejo.

Es necesario recordar que cuatro muchachos, incluyendo a una menor de edad, fueron detenidos en el municipio por conmemorar el aniversario de la muerte de Nehomar Lander, a través de una modesta protesta pública y pacífica. Ninguno dañó obra de arte alguna, como falsamente fue señalado, siendo entregados a la Policía Nacional bajo un generalizado rechazo de la opinión pública.





Entonces, por andar en un carro viejo, o en autobús, y, además, protestar al régimen, en el municipio dizque opositor le friegan la vida a cualquiera. Por cierto, con los jóvenes, esos agentes activaron inmediatamente un operativo para capturarlos así fuese en una camioneta por-puestos, pero el Ferrari trepidó las calles hasta las lejanías, sin que absolutamente nadie supiera de su paradero.

Hay símbolos innegables del poder que intimidan a todas las autoridades públicas y círculos privados, incluyendo una motocicleta de alta cilindrada reservada para los guardaespaldas del más temible personaje político, comercial y financiero que pueda imaginarse. Esta es la igualdad del socialismo en curso, conocida y padecida desde hace más de veinte años.