Afuera de la casa de los Stonehouse, en Míchigan, se vivía un auténtico desfile. El timbre no dejaba de sonar y los pedidos llegaban uno detrás del otro. El responsable era un pequeño de seis años, que antes de dormir estuvo de compras en la cuenta de Grubhub de su padre. El menor dejó que la factura total subiera hasta los 1000 dólares al hacer pedidos en múltiples restaurantes de la zona. Tras el incidente, la familia se llevó una valiosa lección que podría ayudar a otros.
Por La Nación
El sábado por la noche, Keith Stonehouse, de Chesterfield Township, se sorprendió al recibir la primera orden de comida en su casa. Solo estaba él con su hijo Mason, mientras que su esposa Kristen se había ido al cine con algunos amigos. “El timbre volvió a sonar y siguió pasando (…) Tomé la comida y entonces me di cuenta. Miré mi teléfono con mensajes repetidos de que mi pedido estaba listo. Miré mi cuenta bancaria y se estaba vaciando”, dijo el hombre a MLive.
Aunque el primero podría haber parecido un error, los siguientes demostraban que no se trataba de una coincidencia. “Esto era como algo sacado de un sketch de Saturday Night Live”, añadió el padre de familia. Lejos de ser parte de un programa, todo ocurría en la realidad, mientras sus finanzas se veían perjudicadas. Cunado Keith abría la puerta y obtenía estofados y grandes platos con las manos completamente ocupadas, el pequeño Mason ya estaba dormido. “Todavía no me hace gracia, pero puedo reírme un poco con la gente. Es mucho dinero y surgió de la nada”, recordó el hombre para el medio citado.
Al parecer, media hora antes de que su hijo se acostara, Keith le dejó su teléfono celular para que se entretuviera un poco. En lugar de concentrarse en el videojuego, el pequeño decidió, probablemente sin intención, vaciar la cuenta de su papá a través de la aplicación de delivery Grubhub.
“Tiene seis años, así que no se da cuenta. No es como si nuestro hijo de 13 años hiciera esto”, agregó Stonehouse. Como los gastos ascendían a tanto dinero, el banco le envió una alerta de fraude y rechazó un pedido de 439 dólares de Happy’s Pizza. No obstante, sí se logró procesar otra orden de US$183, que llegó sin problemas a su casa.
Lea más en La Nación