Docente en Carabobo: “Lloro de impotencia al ver que no tengo nada que ofrecerle a mi familia”

Docente en Carabobo: “Lloro de impotencia al ver que no tengo nada que ofrecerle a mi familia”

Docente en Carabobo: “Lloro de impotencia al ver que no tengo nada que ofrecerle a mi familia”

 

A las 9:55 de la mañana de este jueves 19 de enero, la profesora Yogerlis Linares, con su hijo de un año y siete meses en el coche, se incorporó a la Marcha de las Tizas, que protagonizó el gremio educativo en la urbanización La Isabelica, en Valencia, estado Carabobo.

Rosimar Sánchez // Corresponsalía lapatilla.1eye.us





A pesar del sol inclemente, Yogerlis fue una de las cientos de docentes que recorrió aproximadamente dos kilómetros marchando.

Su principal motivo para salir a las calles fue claro: su hijo se enfermó y la quincena de 140 bolívares no le alcanzó para comprarle los medicamentos que requería para tratar la tos.

“Estoy marchando por la salud de mi hijo, porque con el sueldo que gano no tengo ni para comprarle un ambroxol, una amoxicilina y un jarabe para la tos, porque el sueldo no me alcanza. Mi bebé necesita alimentarse de buena manera, porque está pequeño. Me cuesta comprar frutas, granos, la proteína la he dejado de comprar, porque el sueldo no me alcanza”, manifestó.

La profesora tiene 42 años de edad, de los cuales 23 años los ha dedicado a la enseñanza en las aulas de clase.

Mencionó que luego de más de dos décadas de servicio, no imaginó que tendría que dedicarse a otras actividades económicas para sobrevivir.

Indicó que en los últimos meses emprendió con la venta de hielo en su casa, pero solo duró unas semanas, porque se le dañó la nevera y no tiene el dinero para mandarla a reparar.

Dijo que ha pensado vender empanadas en la calle, pero no tiene el capital para invertir en los ingredientes.

Docente en Carabobo: “Lloro de impotencia al ver que no tengo nada que ofrecerle a mi familia”

 

 

 

“Lloro de impotencia al ver que no tengo nada que ofrecerle a mi familia. Siempre me he caracterizado por ayudar al prójimo y tengo mucho tiempo que no lo hago. Mi abuela es hipertensa, tiene 83 años, está pasando por un Alzheimer y necesita medicamentos y alimentarse bien, pero no los he podido comprar. Siento impotencia y ganas de llorar todos los días”, expresó con la voz entrecortada.

En otro punto de la marcha se encontraba Mireya Delgado, docente, quien con un cartel en mano exigía un sueldo justo.

Comentó sentirse indignada porque los 9 dólares quincenales que recibe, son insuficientes para cubrir sus gastos de alimentación.

Recordó que comer un plato que contenga proteínas, vegetales y carbohidratos, ahora solo forma parte del pasado.

“Queremos respuestas ya, no podemos seguir esperando, es inhumano el trato que nos están dando. En mi casa falta el jugo, la sopa, las ensaladas, las frutas. Mayormente consumimos carbohidratos, no se come de forma balanceada”, afirmó.

Directivos acosan a los docentes

En la marcha de este jueves, cuando se cumplen nueve días del inicio de las protestas del gremio educativo, los maestros coreaban “Docente luchando, también está enseñando”.

La presidenta del Colegio de Profesores en Carabobo, Zaida Silva, denunció que los profesionales que participan en los reclamos por mejoras salariales, están siendo acosados por directivos de algunos planteles.

Informó que consignarán actas ante la Inspectoría del Trabajo, porque las protestas están amparadas en la Constitución, la Ley Orgánica del Trabajo y la Ley de Educación.

“Supervisores y directores están acosando a nuestros docentes, están impidiendo que hablen con los representantes para explicarles la lucha que estamos realizando por el bajo salario que tenemos. El presidente de la República y la ministra Santaella no quieren reconocer nuestros derechos. No tenemos HCM ni servicio funerario, no tenemos cómo ir a los planteles y pagar los pasajes”, aseguró.

Por su parte, el presidente de Sindicato de Educadores Regionales en Carabobo, José Gregorio Medina, puntualizó que exigen un salario acorde al monto de la canasta alimentaria, tal como lo establece el artículo 91 de la Constitución.

Según estimaciones del Centro de Documentación y Análisis Social de la Federación Venezolana de Maestros (Cendas-FVM), la canasta alimentaria en noviembre de 2022 se ubicó en 474,87 dólares.

“No estamos llamando a un paro, estamos protestando por una indexación salarial que es justa y necesaria. Podemos decir que la educación no se encuentra paralizada por culpa de los maestros, está paralizada por culpa del patrono que le da la espalda a la base magisterial, dejándola en mengua con un salario que no dignifica la carrera docente”, enfatizó, al tiempo que exigió la firma de la contratación colectiva.

Los docentes afirmaron que se mantendrán en las calles reclamando mejores condiciones salariales y laborales que les permitan tener calidad de vida.