Juan Guaidó se queda en Venezuela para enfrentarse a Nicolás Maduro en las urnas

Juan Guaidó se queda en Venezuela para enfrentarse a Nicolás Maduro en las urnas

Imagen del folleto publicada por la oficina de prensa del líder opositor Juan Guaido que muestra a Guaido participando en una reunión virtual con miembros del antiguo Parlamento, elegido en 2015, en Caracas el 30 de diciembre de 2022. (Foto de LEO ALVAREZ / Servicio de fotografía de Juan Guaido / AFP)

 

«A la dictadura le digo, aquí estoy y aquí voy a estar. Los vamos a enfrentar. Les digo que no han ganado, ni ganarán», dijo Juan Guaidó tras ser destituido de la presidencia interina y de la Asamblea Nacional el pasado viernes por no haber conseguido desbancar al régimen de Nicolás Maduro. En ese tono retador el joven líder de 39 años se alista para enfrentarse a Maduro en las elecciones presidenciales que todavía no han sido convocadas oficialmente en 2024.

Por LUDMILA VINOGRADOFF / abc.es





Siete horas plagadas de tensión y confrontación entre supuestos aliados. Así transcurrió la última sesión parlamentaria extraordinaria del 30 de diciembre de 2022 que acabó liquidando al gobierno interino de la oposición, presidido por Juan Guaidó después de cuatro años en funciones.

La insólita e inconstitucional decisión que tomaron 72 diputados de la mayoría parlamentaria formada por el denominado G3 de Acción Democrática (AD), Un Nuevo Tiempo (UNT) y Primero Justicia (PJ) para destituir a Guaidó y asumir sus facultades ejecutivas mediante la creación de una junta administradora ha sido duramente criticada. La votación por la reforma del Estatuto de Transición se realizó de manera virtual por internet en la que participaron los 109 diputados de la opositora Asamblea Nacional, elegida en el 2015. La propuesta de continuar ejerciendo por un año más solo obtuvo 29 votos a favor y 8 abstenciones.

La gran mayoría de los juristas y constitucionalistas, además del propio Tribunal Supremo de Justicia, gremios profesionales y la sociedad civil han considerado la decisión como un disparate, un golpe de Estado, un salto al vacío y una violación expresa de la Constitución venezolana, por decir lo menos.

Pese a los ruegos de Guaidó para que no eliminaran el gobierno interino y lo reemplazaran por otra directiva, el G3 continuó en su propósito de defenestrarlo sin tomar en cuenta las consecuencias que su decisión producirá en la oposición, ya de por sí fragmentada, y debilitar la lucha por la libertad y la democracia.

Guaidó reaccionó con los resultados negativos de la sesión parlamentaria, «hay una mayoría que ha tomado una decisión, no me pidan que la acompañe porque jamás entregaré un ápice a la dictadura. No es un tema de Juan Guaidó, este no es el gobierno interino de Juan Guaidó», dijo al referirse a que la presidencia encargada no es delegable a una comisión como lo plantea el G3.

Hasta el momento el G3 no ha designado a la nueva junta directiva de la AN y debería hacerlo antes del 5 de enero. «Quién va a sumir el vacío de poder?, ¿quién va a asumir las competencias? Pónganle nombre y apellido y asuman la responsabilidad», reclamó Guaidó. En su discurso pidió a sus colegas diputados defender la Constitución, así como lo han hecho durante estos años y los conminó a «no capitular ante la dictadura. Maduro no acabó con la presidencia encargada. No pudo. Fueron ustedes».

En la calle y de frente

Guaidó afirmó que continuará en pie de lucha, en las calles y de frente para combatir la dictadura de Maduro, «no me voy de Venezuela», dijo. «A la dictadura le digo, aquí estoy y aquí voy a estar. Los vamos a enfrentar. Les digo que no han ganado, ni ganarán», dijo.

El G3 no ha hablado de las elecciones primarias para elegir al candidato unitario que están previstas para el 25 de junio próximo. Pero ahora con la fragmentación de la oposición queda en duda la posibilidad de celebrar un proceso interno para el candidato de la unidad. La eliminación del Gobierno interino afecta por tanto al diálogo en México y el proceso de las primarias de la oposición, que podría ser abortado, vista la confrontación interna entre los partidos opositores.