El sexo se expande a todas las culturas y todas las generaciones, pero los avances en sexología y el estudio del orgasmo en hombres y mujeres es relativamente reciente. Entonces, ¿de qué hablamos cuando hablamos de orgasmo?
Por Clarín
La palabra para definirlo todo, proviene del griego “????????” que podría traducirse como “hinchazón” y “plenitud”. El libro Hablemos de sexo, de la Sociedad Argentina de Sexualidad Humana (SASH), lo define como “un pico de placer con liberación de tensión sexual, contracción rítmica de los músculos perineales y los órganos reproductores”.
Uno de los planteamientos que se ha estudiado a lo largo de las últimas décadas e involucran a la medicina, la sexología y los estudios de género es el concepto de la “brecha orgásmica”, ¿de qué se trata? De la disparidad que se ha reportado que existe entre la cantidad de hombres heterosexuales que informan haber tenido un orgasmo en comparación con las mujeres heterosexuales.
Según un estudio publicado en el Journal of Sexual Medicine en 2017 realizado en Canadá en personas de 18 a 25 años, “los datos respaldan la existencia de una ‘brecha del orgasmo’. El 11,50 % de las mujeres reportaron tener orgasmos con mucha frecuencia, en comparación con el 48,4 % de los hombres”.
La investigación aclara que “esa disparidad se atribuye a las dinámicas de poder de género”, no necesariamente al sexo biológico del compañero sexual. “Las mujeres entrevistadas destacaron la presión social y la vergüenza como inhibidores al expresar sus necesidades sexuales”, agrega el documento.
En todo caso, vale aclarar que este punto máximo de placer se experimenta de diversas maneras de acuerdo a cada persona y que, con orgasmo o sin él, el goce debe ser el protagonista. La Asociación Mundial de Salud Sexual (WAS) publicó en 2021 una declaración en la que determinó, entre varios postulados, que “el placer sexual es una parte fundamental de los derechos sexuales, considerados como derechos humanos”.
5 curiosidades que quizá no sabías sobre el orgasmo
Deshacerse de los mitos y la idealización es uno de los primeros pasos para vivir una sexualidad sana y plena. ¿Qué más ocurre alrededor de ese momento?, estas son algunas curiosidades.
1. ¿Acabar? El orgasmo es una fase de la respuesta sexual, pero no la última
En la década de los 70, los pioneros investigadores William Masters y Virginia Johnson plantearon el “Modelo de respuesta sexual”, el primero en intentar describir de forma lineal los procesos que experimentamos los humanos ante el estímulo sexual. En él, especificaron cuatro fases: excitación, meseta, orgasmo y resolución. Posteriormente, se idearon otros modelos y a éste se le añadió otra fase.
Si se toma el primero, la etapa de resolución y no el orgasmo sería la última fase del proceso. En otras palabras, después de que se libera la tensión sexual y ocurre la eyaculación, empieza el período refractario en el caso de los hombres, como consecuencia, disminuye la hipersensibilidad, el pene deja de estar erecto y empieza “una fase de recuperación”.
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