Conmoción en Nigeria por un programa militar que obligó a abortar a diez mil mujeres

Conmoción en Nigeria por un programa militar que obligó a abortar a diez mil mujeres

Una mujer nigeriana y su hija durante un entierro al norte del país. FOTO: SUNDAY ALAMBA AP

 

 

 

La agencia de noticias Reuters publicó un reportaje el pasado miércoles en el que se desvelaba que 10.000 mujeres y niñas liberadas en Nigeria del grupo yihadista Boko Haram han sido obligadas a abortar entre 2013 y 2022. La mayoría de los abortos habrían tenido lugar en la ciudad de Maiduguri. En dicho reportaje se narra la historia de Fati, una joven de 20 años que fue liberada de sus captores cuando todavía era una adolescente. Fati cuenta a los periodistas que tras su liberación fue llevada a un hospital militar próximo al lago Chad, donde, junto con otras mujeres, los militares nigerianos les dieron una serie de pastillas e inyecciones que terminaron con todos los embarazos de las mujeres reunidas. Fati llevaba cuatro meses embarazada, pero no hubo límites de edad ni límites en los tiempos de gestación a la hora de provocar el aborto en las mujeres. Niñas de doce años o mujeres con embarazos de seis meses también fueron víctimas de esta medida.

Por La Razón

Fati asegura que ningún militar le dijo para qué servían las pastillas que le estaban dando, ni las inyecciones. Ella y el resto de las mujeres, demasiado aliviadas por su reciente liberación, simplemente se dejaban manipular por los militares sin imaginar la suerte que les esperaba. Cabe a recordar que Boko Haram y grupos similares radicados en el norte de Nigeria secuestraron a estas niñas y mujeres jóvenes para convertirlas en esposas de los combatientes. Que fueron violadas sistemáticamente y obligadas a tener hijos con los yihadistas.

Como era de esperar, estas revelaciones han causado un enorme revuelo en Nigeria. No sólo por la brutalidad de los hechos, sino porque el aborto es ilegal según las leyes de Nigeria y ha extrañado a muchos que sea el propio Ejército nigeriano quien haya llevado a cabo semejante procedimiento. Es más, las leyes nigerianas condenan a quien suministre el aborto a 3 años de prisión, mientras las mujeres que reciban un aborto espontáneo pueden recibir una pena de hasta 7 años de cárcel. El aborto sólo es legal en Nigeria si su práctica puede salvar la vida de la madre. Aunque nada de esto quita que cerca de 1.25 millones de mujeres aborten cada año en Nigeria, según un estudio realizado por los gobiernos de Reino Unido y de Países Bajos en 2015, de las cuales un 40% experimentan algún tipo de complicación durante el proceso.

El programa de abortos promovido por el Ejército nigeriano hacía meses que se rumoreaba, aunque ha tenido que ser el informe de Reuters quien lo ha sacado a la luz definitivamente. Ya el pasado 24 de noviembre declaró en relación a estos rumores el general Cristopher Musa, quien lidera las operaciones militares al norte del país, que en Nigeria “todos respetamos la vida. Respetamos a las familias. Respetamos a las mujeres y a los niños. Respetamos cada alma viviente”. El general Jimmy Akpor fue más allá al asegurar que “el personal militar nigeriano ha sido entrenado para proteger vidas, incluso bajo su propio riesgo, especialmente cuando se refiere a proteger las vidas de mujeres, niños y ancianos”.

El Secretario General de las Naciones Unidas, Antonio Guterres, ha contactado con las autoridades de Nigeria para solicitar una “investigación a fondo” sobre los hechos que se explican. Se han recogido reacciones similares del Departamento de Estado de los Estados Unidos, cuyo portavoz reconoció este viernes que su país se encuentra “profundamente preocupado” por el programa, a la que alentaba al gobierno nigeriano a “tomarse en serio estas acusaciones y llevar a cabo una investigación transparente”.

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