Verse bien y tener una apariencia física de acuerdo a los estereotipos se volvió uno de los objetivos más comunes entre la gran mayoría de personas Y es que la constante exposición a la que se vive actualmente obliga a los seres humanos a incluso anteponer la belleza a la salud.
Por El Tiempo
Este es el caso de Julie Erold, una mujer norteamericana de 56 años, a quien su obsesión por estar en las cámaras de bronceo, le generó una de las experiencias más dolorosas y traumáticas de su vida.
¿Cómo inició su adicción al bronceado?
Según lo indica el diario británico ‘Daily Mail’, Julie Erold empezó a broncearse desde los doce años porque sentía que “se veía más linda”. Sin embargo, con el tiempo, ir frecuentemente a las cámaras de bronceo se convirtió una adicción para ella, tanto así que a causa de esto, le diagnosticaron dos tipos de cáncer de piel: carcinoma de células basales y carcinoma de células escamosas.
Gracias a ello, la mujer dejó de visitar estas cámaras por un tiempo, pero luego de una década, su adicción por verse mejor fue más fuerte que lo que había luchado contra la enfermedad.
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