Con biblias en las manos y arropados con banderas de Brasil, grupos de camioneros, seguidores del presidente Jair Bolsonaro, siguen bloqueando este martes varias carreteras en el país con un pedido: “Intervención militar ya”.
Aunque la tendencia es a la baja, todavía hay más de 200 puntos con bloqueos totales o parciales activos en varios estados del país, incluidos los tres más poblados: Sao Paulo, Río de Janeiro y Minas Gerais.
Para detener esta “insurrección”, calificado así por un grupo de fiscales brasileños, la Corte Suprema tuvo que intervenir y dictar una orden que autorizaba a los gobernadores el uso de sus policías, ante la aparente inoperancia de la Policía Federal de Carreteras.
Ello ha permitido que en pocas horas hayan disminuido los bloqueos, aunque en algunos casos los manifestantes continuaron con sus protestas en los arcenes. Así ocurrió en la ruta que conecta Niterói con Manilha, en Río de Janeiro.
“Esta manifestación no solo es de los camioneros, es de buena parte de la población, que no se cree los resultados de las elecciones para presidente de nuestra nación. Hay varios indicios de que hubo fraude. Queremos un escrutinio claro”, dice a EFE Fabrizio Barros.
Arropado con una bandera de Brasil, este camionero de 46 años afirma que “la democracia tiene que prevalecer” y al mismo tiempo pide a Bolsonaro que convoque a las Fuerzas Armadas.
“¡Intervención militar ya! Nosotros, el pueblo, queremos eso”, comenta.
Más tarde, Bolsonaro, después de dos días de absoluto silencio tras su derrota electoral ante Luiz Inácio Lula da Silva, se pronunciaba sobre las elecciones y les daba a los camioneros una de cal y otra de arena.
Por una lado, comprendía la “indignación” y el “sentimiento de injusticia” de lo que llamó “movimientos populares” por su derrota en las presidenciales, pero al mismo tiempo les pidió, de forma implícita, que dejen de bloquear las carreteras porque, según dijo, “esos son métodos de la izquierda”.
Bolsonaro, que aspiraba a la reelección, perdió las presidenciales con un 49,1 % de los votos, frente al 50,9 % que obtuvo Lula, histórico líder del Partido de los Trabajadores (PT).
Pedro de Andrade, de profesión vigilante, también secunda la protesta camionera en esta carretera fluminense con una biblia en la mano.
“Estoy aquí para defender la palabra de Dios, para que no se cierren las iglesias, contra el aborto y contra todo tipo de inmoralidad”, enumera.
Durante la campaña electoral, unas de las noticias falsas que circularon en redes sociales fue que Lula, si ganaba las elecciones, como así ha ocurrido, iba a cerrar iglesias.
La campaña del ahora mandatario electo tuvo que negar incluso que tenía un “pacto con el diablo”, dentro de la enorme cantidad de desinformación que circuló entonces.
Ajeno a esos desmentidos, de Andrade subraya que, “si es necesario”, apoyaría una intervención militar, porque si el país “se queda como está hoy, será la miseria total”. /EFE