Los habitantes de la zona alta de Río Claro, parroquia Juares del municipio Iribarren del estado Lara, estuvieron frente a frente con la tragedia la madrugada del pasado 9 de octubre, luego de que se desbordaran las quebradas que bordean a ese poblado.
Por: Yanitza Martínez / Corresponsalía La Patilla
El desbordamiento debido a las fuertes precipitaciones registradas en el sector, arrasaron con ranchos, casas y vialidad de una parroquia que se encuentra a unos 30 minutos de la capital de Lara.
Hoy, los vecinos de Río Claro, por fortuna, están a salvo para contar la pesadilla que les tocó vivir. Aseguran que siguen con vida gracias a que la lluvia no fue prolongada.
“Si nos hubiese llovido por unas cinco horas, aquí ya no hubiera nada”, comentó uno de los muchos afectados que residen en Guayamure, Palo Negro, Sol de Guayamure, entre otros sectores. En medio de los escombros que dejó la crecida de la quebrada, manifestaron su creciente angustia, ya que sigue siendo extremadamente peligroso continuar habitando esos lugares.
Más de 20 familias de la localidad de Río Claro se quedaron sin viviendas, y bajo los escombros, quedaron los pocos enseres que tenían en sus casas.
En el sector La Escuela, la quebrada El Zanjón de la Escuela arrastró el ranchito de la familia Parra, donde residían seis personas: dos adultos, una abuelita y tres niños. Así lo mencionó Hermarys Parra, quien con lágrimas en los ojos narró parte de los minutos de terror que les tocó vivir esa madrugada, y que por un milagro lograron zafarse de la muerte. Lamentan que perdieron hasta sus ropas.
Hermarys dijo que aunque agradece a Dios estar viva, quedó sin nada y sin recursos para poder levantarse de esta tragedia. La sorpresiva vaguada dejó a los Parra sin casa, sin enseres ni pertenencias.
En medio de la emergencia están habitando en la pieza de un familiar, quien además sufrió una fractura con la crecida de la quebrada.
El invisible Río Claro
Todos los que residen de este lado de la región larense, están a la expectativa, pero también en incertidumbre, especialmente aquellas familias que aún corren peligro al habitar estas zonas de alta vulnerabilidad.
La Patilla realizó un recorrido por la zona para recoger algunos testimonios de los afectados, quienes aseguran estar “a la buena de Dios” al no contar con ayuda gubernamental.
Poco se ha hablado de las condiciones en las que quedaron las familias de Río Claro después de esa vaguada. La dramática situación parece ser invisible para las autoridades del régimen en Lara, que han enviado ayuda a cuenta gotas para estas personas.
Si bien es cierto que al ocurrir la emergencia, el gobernador de Lara y el alcalde del municipio Iribarren desplegaron sus equipos del área social y de rescate en el sector, no ha sido suficiente la ayuda.
En lo que sí han sido muy eficientes los funcionarios chavistas, fue en mostrar a través de las redes sociales parte de los insumos para colaborar con los afectados de Río Claro.
Un “tobo rojo” con seis artículos alimenticios fue parte de lo que recibieron estas personas; otros corrieron con un poco más de suerte y lograron que les dieran algunos colchones.
Sobre esto, Hermarys Parra, continúa contando que una sola vez vieron la máquina en la quebrada desbordada y, posterior a eso, han sido los vecinos quienes se han encargado de “medio canalizar” la quebrada para evitar que pueda repetirse la tragedia.
“Aquí no se vio más la máquina y no nos han dicho nada sobre una reubicación o construcción de nuestras casas”, detalló.
Mencionó también que la misma calamidad padecen unas 20 familias más de diversos sectores.
Entre otras cosas, precisó que solicitaron al gobernador chavista de Lara, Adolfo Pereira, una visita al lugar, y este al parecer les dijo que “no podía ir”. “Cuando necesitan votos, sí vienen al pueblo, pero cuando el pueblo los necesita, no están”, reprochó.
Institutos de viviendas no aparecen
En el sector Palo Negro, varias casas resultaron afectadas con fracturas, muchas de estas quedaron prácticamente que con una sola habitación. Tal es el caso de Maribel Pérez, quien mencionó que la caída del cerro desplomó parte de la sala y la cocina, por lo que solo quedan dos cuartos que no puede habitar por las fracturas que sufrieron.
Sobre las ayudas, comentó Pérez que se han enterado de que el gobernador de Lara ha enviado ayudas, las cuales no han llegado hasta ese sector.
Sobre una posible construcción de sus viviendas, la mujer afectada detalló que se dirigieron a la alcaldía del municipio Iribarren a solicitar información y les dijeron que el tema de viviendas lo están manejando a través de listados en los que les darían prioridad a los más afectados, pero no se han dirigido a realizar la inspección.
Vecinos salvaron a una octogenaria
María Luisa relató los momentos de angustia que vivió su familia cuando el río se metió hasta su casa, donde se encontraba su madre de 87 años, quien fue auxiliada por vecinos que la sacaron de la casa y la subieron hacia los cerros para lograr salvarla.
“Aquí corremos riesgos. Una vaguada mayor y no estaríamos para contarlo”, dijo María Luisa al mismo tiempo en que junto a sus vecinos clamó por ayuda gubernamental.
De este sector, al menos 17 familias se mantienen en riesgo. Solicitan a las autoridades una reubicación o la construcción de nuevas casas.
ONG son tablas de salvación
Los habitantes de Río Claro han logrado sobrellevar esta dramática situación gracias a la misericordia de organizaciones no gubernamentales, fundaciones, Iglesia Católica, Iglesia Evangélica, partidos políticos y sociedad civil en general, que han unido esfuerzos llevando alimentos no perecederos, agua potable, enseres para el hogar, cobijas, ropas y calzados.
La necesidad de estas personas es tal que se mantienen a la espera de que suban las camionetas con las ayudas, ya que lo poco que el chavismo les ha enviado, lo sectorizan y, según comentan, en varias oportunidades las manzaneras se han beneficiado de esas ayudas.
Actualmente, la Casa Parroquial de Río Claro funge como centro de acopio y a través de Cáritas se encargan de recibir las ayudas por parte de estas organizaciones.
El presbítero Daniel Piñango, párroco de la Iglesia Nuestra Señora del Pilar, expresó que desde hace más de 15 días han estado trabajando junto a la comunidad parroquial como centro de acopio para la recepción de ayudas.
Mencionó que actualmente están solicitando a estas fundaciones y organizaciones, la donación de medicinas pediátricas, ya que tienen a un gran número de niños afectados con diarrea, vómito y afecciones respiratorias.
El sacerdote resaltó que han ejecutado la distribución de insumos en varias comunidades. Mencionó que en el sector La Buyual hay seis viviendas que fueron arrastradas por la quebrada, y a esas familias las asistieron con alimentos, ropa y medicinas.
Dijo que además de llevar las ayudas, se encuentran evangelizando en las comunidades afectadas y llevando la Palabra de Dios como bálsamo que pueda calmar las angustias que hoy ahogan las esperanzas y la fe de estos larenses que se sienten ignorados y abandonados por un gobierno que improvisa ante una contingencia que amerita acciones coordinadas dentro de una política pública de prevención frente a los desastres naturales.