El líder supremo de Irán, el Ayatollah Alí Khamenei, canceló todas sus reuniones y apariciones públicas la semana pasada, según confirmó The New York Times, después de enfermarse gravemente. Actualmente se encuentra en reposo bajo observación médica, según le dijeron al medio estadounidense cuatro personas familiarizadas con su estado de salud.
Por Infobae
El Ayatollah, de 83 años, fue operado la semana pasada por obstrucción intestinal. Había tenido dolores de estómago extremos y fiebre alta, dijo una fuente al NYT.
En medio de estas noticias sobre la salud de Khamenei, sin embargo, su oficina ha anunciado que el líder supremo asistirá a una ceremonia de duelo el sábado por la mañana, según informaron medios locales.
Se sometió a la cirugía en una clínica instalada en su casa, y está siendo monitoreado las 24 horas por un equipo de médicos. La semana pasada su situación fue considerada crítica pero ha mejorado. Sin embrago, sus médicos siguen preocupados de que todavía esté demasiado débil para sentarse en la cama.
Ex presidente de Irán, fue el fundador de la revolución que condujo a la creación de la República Islámica de Irán en 1979, y asumió el cargo de máxima autoridad religiosa, política y militar del país en 1989.
Khamenei, gracias a su cargo como líder supremo, ejerce una gran autoridad en Irán, y es el árbitro final en temas como el acuerdo nuclear que se está negociando actualmente con Estados Unidos.
Hace dos semanas había viajado a la ciudad religiosa de Mashhad para realizar un ritual conocido como limpieza de polvo en el santuario Imam Reza. Les dijo a las personas que viajaban con él que sentía que, por su edad, podría ser su última vez en el santuario.
Cayó enfermo poco después de regresar a Teherán y su situación se deterioró durante la última semana, dijo una fuente al NYT.
De esta manera, su oficina canceló todas las reuniones la semana pasada, y también una importante reunión anual el 6 de septiembre con la Asamblea de Expertos, el organismo que decidirá su reemplazo una vez que muera. Supuestamente estaba demasiado enfermo para sentarse.