Al menos 300 personas fueron desalojadas este martes en la capital hondureña, al derrumbarse sus viviendas a causa de fuertes aguaceros que arreciaron durante las últimas semanas, informaron autoridades de socorro.
Grupos de militares obligaban a vecinos de la colonia Guillén, noreste de la ciudad, a que desalojaran.
“La orden del día es asegurar la vida de las personas”, porque “es un peligro inminente el que hay aquí”, dijo a la AFP el coronel César Canales, jefe de la tropa que trataba de convencer a las familias para que desalojaran sus viviendas en la Guillén.
Advirtió que tendrían que acudir a la fuerza para poder sacar a varias familias que se negaban a irse, pese al peligro.
“Ya nosotros estamos evacuando, ya cada quien agarrando por su lado. Las familias abrazándonos, despidiéndonos. Aquí ha sido una sola lloradera” por la separación, lamentó Yolanda Moncada, vecina de la Guillén.
“Tuvimos que desalojar nuestras casa, nuestros sueños, nuestros esfuerzos”, deploró otra vecina, Angelina Hernández.
El delegado de la Comisión Permanente de Contingencias (Copeco) en esa zona de la capital, Roger Aguirre, dijo a la AFP que habían logrado evacuar unas 300 personas de cerca de medio centenar de viviendas destruidas, pero que la operación seguía en curso.
Explicó que la Guillén “es una zona crítica” porque la saturación del suelo por las lluvias provocó el derrumbe de las casas.
Más de una decena de personas han muerto en Honduras en lo que va del año a causa de las lluvias que anualmente azotan entre mediados de mayo y el 30 de noviembre.
Muchas regiones del país quedaron más vulnerables a causa del huracán Mitch que golpeó Centroamérica en 1998, dejando un saldo en Honduras de cerca de 6.000 muertos.
La capital, de más de un millón de habitantes, es de las zonas más vulnerables por la topografía accidentada, con elevaciones donde vive la gente pobre, propensa a deslizamientos de tierra con las lluvias.
AFP