En Venezuela, las autoridades no ejecutan la medición de polución atmosférica. El Ministerio de Ambiente ni siquiera da información acerca de los niveles de contaminación del aire por material particulado y ha mantenido un rol pasivo respecto a las regulaciones ambientales de las empresas petroleras y cementeras, mayormente ubicadas en el oriente venezolano, que han provocado un gran impacto en el ambiente y los pobladores de esas zonas por la quema de combustible fósiles.
Por Tal Cual
El último registro sobre la concentración de la contaminación del aire en diferentes ciudades del país data de 1992.
Se situaba a Ciudad Guayana —donde 21 industriales se agrupan bajo la Corporación Venezolana de Guayana (CVG)— Maracaibo, el área metropolitana de Caracas y la cuenca del Lago de Valencia como las localidades con mayores registros de contaminantes atmosféricos. La entonces actividad industrial y los grandes asentamientos urbanos tenían una gran incidencia en ello.
Más tarde, un estudio desarrollado por un grupo de investigadores de la Universidad Simón Bolívar (USB) desmostró que en el estado Anzoátegui, en la región de Puerto Píritu y Barcelona, adyacentes a un complejo refinador de crudo y otro de cemento, han aumentado las concentraciones anuales de partículas totales en suspensión (TSP) — el único tamaño de partícula regulado en el territorio—, entre las que están el dióxido de carbono, superando el umbral de los niveles recomendados por la OMS.
En algunos casos tales emisiones eran producidas por el mal funcionamiento de equipos, aseguró Gladys Rincón, una de las participantes del proyecto, que también comentó que pese a que son pocas las investigaciones que se han hecho, con las que ya existentes se ha demostrado que «en Venezuela existe un nivel de contaminación que podría considerarse preocupante».
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