La ciencia tiene un largo historial de pruebas de que la forma en que arreglamos nuestros músculos afecta a cómo nos sentimos con nosotros mismos. Incluso el botox que nos inyectamos tiene el feliz efecto secundario de reducir la depresión, según un estudio. Pero según una investigación publicada en el Health Psychology Journal, una forma menos invasiva de mejorar el estado de ánimo es simplemente sentarse recto.
Por Infobae
Investigadores de la Universidad de Auckland estudiaron el efecto de la postura recta o encorvada en el corazón y la mente de 74 personas de Nueva Zelanda, a las que se les fijó la postura asignada con cinta adhesiva. Se les midió la presión arterial y la frecuencia cardíaca mientras completaban una serie de tareas diseñadas para evaluar su estado de ánimo, su autoestima y sus niveles de estrés.
“Los participantes erguidos dijeron sentirse más entusiastas, excitados y fuertes, mientras que los participantes desplomados dijeron sentirse más temerosos, hostiles, nerviosos, tranquilos, quietos, pasivos, aburridos, somnolientos y perezosos”, escriben los autores del estudio. Una buena postura también se asoció con una mayor autoestima, menos miedo social y menos emociones negativas. Eso no es todo: también tenían respuestas de pulso más fuertes que sus amigos desplomados.
Orgulloso, persistente, confiado y alerta
Las personas con depresión suelen encorvarse y sus hombros caídos reflejan su estado de ánimo. ¿Qué ocurre si se sientan más rectos? Pueden sentirse más animados y menos fatigados, según otro estudio que realizaron más adelante investigadores de la misma universidad, publicado la revista Journal of Behavior Therapy and Experimental Psychiatry.
Pero las investigaciones anteriores se habían centrado en el vínculo entre la postura y el estado de ánimo en poblaciones sanas, según la doctora Elizabeth Broadbent, una de las autoras del nuevo estudio y profesora asociada de psicología de la salud en la Universidad de Auckland.
“Estos estudios sugieren que, en comparación con sentarse en una posición desplomada, sentarse erguido puede hacer que te sientas más orgulloso después de un éxito, que aumente tu persistencia en una tarea no resuelta y que te sientas más seguro de tus pensamientos”, resaltó. “Las investigaciones también sugieren que sentarse erguido puede hacer que te sientas más alerta y entusiasmado, que sientas menos miedo y que tengas una mayor autoestima después de una tarea estresante”.
Pero, ¿tendría un simple cambio de postura algún impacto en las personas con depresión? Eso es lo que Broadbent y sus colegas se propusieron investigar. El estudio incluyó a 61 participantes a los que se les identificó una depresión de leve a moderada en una prueba de detección. El grupo en su conjunto era más propenso a sentarse con los hombros encorvados y la espalda redondeada, en comparación con las normas de las personas sin depresión.
Los investigadores asignaron aleatoriamente a los participantes a un grupo de postura erguida o a un grupo de postura habitual. A los del grupo de postura erguida se les dieron instrucciones sobre cómo sentarse erguidos. Primero, miraban al frente, enderezaban la espalda y nivelaban los hombros.
A continuación, pensaban en estirar la parte superior de la cabeza hacia el techo mientras acercaban suavemente los omóplatos hacia abajo y juntos. Se les colocó una cinta de fisioterapia rígida en los hombros y la espalda para ayudarles a mantener esta posición. En cambio, el grupo de postura habitual se sentó como quiso. También se les colocó cinta adhesiva en los hombros y la espalda, pero de forma que no afectara a su postura.
Mientras estaban sentados de esta forma, los participantes realizaron una tarea muy utilizada para provocar estrés. Consistía en pronunciar un discurso de cinco minutos, que se les dijo que sería juzgado, y luego contar hacia atrás desde 1.022 en pasos de 13. En varios momentos del estudio, los participantes también rellenaron cuestionarios para medir los síntomas de su estado de ánimo.
Beneficios para las personas con depresión
Los resultados: “En nuestro estudio, pedir a los individuos con depresión de leve a moderada que se sentaran en posición vertical redujo su fatiga y aumentó su entusiasmo durante un corto período de tiempo, en comparación con los individuos que se sentaron en su postura habitual”, remarcó Broadbent.
“Además -continuó-, los participantes sentados en posición vertical hablaron más palabras en total durante la tarea de habla estresante, pero redujeron la cantidad de pronombres en primera persona del singular (como ‘yo’ y ‘me’). Esto sugiere que tenían más energía, un estado de ánimo menos negativo y estaban menos centrados en sí mismos, cambios coherentes con el alivio de los síntomas depresivos”.
Si bien una buena postura no puede sustituir al tratamiento profesional, como complemento al tratamiento, recordar de vez en cuando que hay que sentarse o levantarse con la espalda recta puede ayudar a una persona a sentirse más animada y con más energía. Hasta el momento, sólo hay pruebas limitadas que apoyen este enfoque, pero también hay muy poco riesgo en probarlo.
En cualquier caso, mejorar la postura encorvada puede tener otros beneficios para la salud. Una mala postura puede provocar dolores de espalda, de hombros y de cuello, así como dolores de cabeza. Si no una persona no tiene depresión, pero se siente un poco triste, varios estudios sugieren que mejorar la postura caída puede levantarle el ánimo.
“La razón por la que me metí en este terreno fue que un día iba caminando, sintiéndome un poco triste después de un mal día. Me di cuenta de que caminaba con los hombros caídos y mirando al suelo. Levanté la vista y puse los hombros hacia atrás, e inmediatamente me sentí mucho mejor”, indicó Broadbent.
Y concluyó: “Me planteé la hipótesis de que, si esto funcionaba para mí, también podría funcionar para otras personas. Eso fue lo que me llevó a iniciar este camino de investigación. Por mi propia experiencia y por mis investigaciones, creo que adoptar una postura erguida puede ayudar a la gente a sentirse mejor. Pero creo que depende mucho del contexto y la situación, y es necesario investigar más sobre cuándo funciona y para quién”.