En libertad bajo presentación habría quedado el médico del Hospital Padre Olivero, de Nirgua, estado Yaracuy, detenido en una de sus guardias el pasado 15 de julio, tras ser acusado de presuntas irregularidades.
Corresponsalía lapatilla.1eye.us
Fuentes confidenciales ligadas al caso contaron que al ginecobstetra José Carpio, quien se mantenía detenido en su casa, le otorgaron el beneficio de libertad con medida de presentación el pasado viernes 12 de agosto.
Las fuentes aseguraron que la supuesta paciente que lo acusó de haberle cobrado un dinero para intervenirla quirúrgicamente, no apareció y tampoco había pruebas suficientes para inculparlo.
Indicaron que por ahora no podrá volver al hospital y que retomó su trabajo en el consultorio privado de esta localidad.
El caso
Es de recordar que según declaró en una emisora local, Rafael Centeno, dirigente del chavismo y funcionario de la alcaldía, Carpio estaba cometiendo actos irregulares al usar el quirófano con operaciones electivas fuera del horario y lo habrían arrestado en flagrancia.
“Estaba ocupando quirófano, equipo de salud, usando las bolsas de sangre (…) en operaciones electivas en horario de emergencia, un hecho irregular”, aseveró en sus declaraciones el funcionario del chavismo.
La denuncia habría salido del mismo hospital amparándose en el artículo 59 de la Ley contra la Corrupción y para Salvaguarda del Patrimonio Público.
Al conocerse la detención del médico, que goza del aprecio de un importante número de pacientes, a través de las redes sociales se desarrolló una intensa campaña exigiendo la libertad del profesional de la salud.
Allegados y pacientes se comunicaron en ese entonces con La Patilla para asegurar que todo obedecería a una maniobra política, y que al parecer el trato que daba el médico a sus pacientes empezó a incomodar a algunos compañeros en el recinto hospitalario.
Clima tenso
Las fuentes contaron que tras la detención del médico, el hospital quedó prácticamente intervenido, la directora fue suspendida y hay una directiva transitoria.
Manifestaron que luego del hecho, los médicos trabajan en un clima tenso, pues pudieran ser objeto de falsas acusaciones. Además, comentaron que entre los usuarios existen infiltrados, los fiscales sanitarios, llamados así por el régimen, quienes vigilan el comportamiento del personal de salud. “Es difícil trabajar bajo ese panorama”, expresaron.