En extrema pobreza y situación de riesgo habitan al menos unas 20 familias del sector conocido como Chispita del Matadero en Nirgua, un terreno a orillas de un barranco que da a la carretera Panamericana.
Por Corresponsalía
Carmen Pacheco, relató que hay mucha necesidad en esta comunidad, en donde las humildes viviendas son construidas con barro, latas, madera, cartón, algo que ya las hace vulnerables ante cualquier evento natural.
Como muestra de esta realidad, es que en el recorrido se pueden ver casas semiderrumbadas, inclinadas, con techos inservibles o paredes agrietadas, “al vecino se le cayó parte de su casa una vez que llovió fuerte, gracias a Dios no le pasó nada”, contó Pacheco.
Asimismo, dijo que como son viviendas improvisadas, no poseen sistema de aguas servidas, tienen pozos sépticos que han ido colapsando. Las estrechas calles son de tierra y cuando llueve es un reto caminar, porque vehículos no caben por ahí, si en algún momento tienen una emergencia de salud deben ingeniárselas para sacar al paciente cargado a la vía principal y esperar una unidad.
Yesica Morillo vive en una pequeña estructura de escasos 6 metros cuadrados, con sus dos niños y esposo, justo en la orilla del barranco, “cada vez que llueve es una calamidad, se ha ido derrumbando el cerro, pero no tenemos dónde vivir, qué más podemos hacer”, comenta desesperanzada.
Población vulnerable
Personas con discapacidad, en cama, adultos mayores enfermos y niños habitan en esta zona vulnerable, en ranchos que amenazan con caerse, en medio de barrancos, sin servicios públicos, bajo la mirada indiferente de los gobernantes chavistas de este municipio, a quienes aseguran nunca han visto pasar por estos lados.
“Ellos (los políticos de turno) no se meten para acá, solo caminan el centro de la ciudad y a nosotros nos tienen olvidados”, aseguran estas personas, quienes dicen se han ido adaptando a vivir en este terreno no apto, el cual invadieron hace muchos años ante la falta de vivienda.
Para quienes habitan en La Chispita del Matadero, su única esperanza es quizás haya un cambio de gobierno en donde puedan ser tomados en cuenta en un plan de viviendas dignas y puedan dormir tranquilos sus noches de lluvias, sin pensar que en cualquier momento el agua le derrumba sus hogares.