Río de Janeiro despidió este domingo al periodista británico Dom Phillips, asesinado en la Amazonía brasileña junto al indigenista Bruno Araújo Pereira y que fue cremado en medio las protestas por su muerte y el clamor de justicia levantadas por familia, amigos, colegas y activistas.
El cuerpo de Phillips, que era colaborador del diario británico The Guardian y fue corresponsal de los estadounidenses Washington Post y The New York Times y del también inglés Financial Times, fue velado y cremado en Niteroi, en la región metropolitana de Río de Janeiro, donde pasó la mayor parte de sus quince años en Brasil.
“¿Quién mandó matar a Dom y Bruno?”, se leía en una pancarta sostenida por un grupo de activistas sociales que desde tempranas horas de la mañana de este domingo se congregaron en las afueras de la sala de velación para darle el último adiós al periodista de 57 años.
Con camisetas negras en señal de luto, con las fotos de Phillips en la selva amazónica estampadas, los activistas se tomaron de la mano con familiares, colegas periodistas, amigos y representantes diplomáticos británicos.
“Periodistas y defensores del medio ambiente siguen en riesgo”, declaró a periodistas la empresaria brasileña Alessandra Sampaio, viuda de Phillips, y quien agradeció a los pueblos indígenas que “siguen con nosotros por la vida de la selva” y a las personas que colaboraron durante diez días en la búsqueda.
El periodista y el indigenista estaban desaparecidos desde el 5 de junio cerca de la frontera con Perú y Colombia.
Sampaio destacó el trabajo de los “órganos oficiales y de las personas físicas” que colaboraron en las búsquedas, así como de los colegas periodistas de Phillips “que han sido fundamentales en reclamar por la resolución del caso”.
“Hoy Dom será cremado en el país que amaba, su hogar escogido: Brasil. Dom era una persona muy especial, no solo por defender aquello que creía como profesional, sino por tener un corazón enorme”, resaltó Sampaio.
La hermana del corresponsal, Sian Phillips, por su parte, dijo que su hermano “era un brillante periodista, comprometido con dividir historias sobre la diversidad brasileña, de habitantes de las favelas e indígenas de Amazonía”.
“Él fue muerto porque intentó contarle al mundo lo que está pasando en la selva tropical con sus habitantes y el impacto de las actividades ilegales en la selva. Él fue muerto intentando ayudar a los indígenas y él y Bruno entendían el riesgo de hacer eso en este mundo”, completó la hermana.
El cuerpo de Phillips llegó la noche del jueves a Río de Janeiro, tras la finalización de las pericias de genética forense en Brasilia y que permitieron la identificación por el avanzado estado de descomposición, tras permanecer diez días desaparecidos, y por la violencia cometida por los asesinos, que los descuartizaron.
Los cuerpos de Phillips y Araújo Pereira fueron encontrados sin vida en cercanías del municipio de Atalaia do Norte, a donde habían viajado para recoger informaciones para el libro que el periodista británico escribía sobre amenazas contra los indios, las mismas de las que había sido víctima el indigenista.
Hasta el momento, cuatro personas han sido detenidas por su participación en el doble homicidio y otras cuatro más son buscadas. Dos confesaron haber actuado directamente del crimen. EFE