Al menos 121 de los más de mil fallecidos en el terremoto ocurrido esta semana en el este de Afganistán son niños, así como 67 de los más de 1.600 heridos, informó hoy el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF).
Las cifras de víctimas podrían aumentar a medida que continúan las operaciones de búsqueda y rescate, destacó el representante de UNICEF en Afganistán, Mohamed Ayoya, en una rueda de prensa por videoconferencia para la prensa acreditada ante la ONU en Ginebra.
Ayoya subrayó que niños y adolescentes son un colectivo extremadamente vulnerable ante este tipo de desastres naturales, y tras el terremoto “están en alto riesgo de verse separados de sus familias, sufrir problemas emocionales y psicológicos, y ser víctimas de abuso y explotación”.
El responsable de UNICEF añadió que están colaborando con otras agencias de la ONU en la atención a las víctimas, una ayuda que incluye atención médica y alimentos a través de nueve unidades móviles de la organización.
El terremoto, de 5,9 grados de magnitud, se produjo en la noche del martes, 21 de junio, afectando especialmente el distrito de Bermal, en la provincia de Paktika, donde el 70 % de las viviendas quedaron destruidas o dañadas.
EFE