Como si de un balde de agua fría se tratase, el fin del subsidio del diésel —también llamado gasoil— cayó sobre los conductores del sector del transporte de carga pesada, pues sin notificación alguna vieron cómo las estaciones de servicio que surtían diésel gratuito a sus unidades dejaron de hacerlo desde el domingo 29 de mayo.
Por Tal Cual
Diversas gasolineras, donde los transportistas se abastecían de diésel subsidiado, recibieron una comunicación en la que se les ordenó vender el combustible exclusivamente a precio internacional; es decir, a $0,50 por litro.
Este cambio repentino sacudió a distintos sectores de la economía nacional ya sofocados por los problemas que han ocasionado casi una década de contracción económica en el país. Esto significa un cambio sustancial en las estructuras de costos de la industria —la maquinaria y unidades de producción operan con diésel—, el transporte de carga y también el transporte público.
La medida no sorprende del todo, pues el gobierno de Nicolás Maduro ha llevado adelante un proceso de «sinceración de precios» en una transformación progresiva de su modelo de gestión, que parece apuntar más hacia una economía de mercado controlada por el Estado.
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