Para Fundación La Pastora, mejorar la calidad de vida de los habitantes de la parroquia Cecilio Zubillaga del municipio Torres en el estado Lara, es su principal premisa. Los planes en el área de salud, deporte, recreación, emprendimiento y educación que han implementado en esa comunidad, hablan de sus 30 años de trayectoria en los que han podido beneficiar a más de 10.000 pastoreños.
Por: Yanitza Martínez
Esta fundación sin fines de lucro, nació en el seno de Compañía Anónima Central La Pastora, la principal empresa del municipio Torres, con 70 años de trabajo ininterrumpido, ubicada en el pueblo de La Pastora a 27 kilómetros de la ciudad de Carora, y que hoy es uno de los principales centrales azucareros que se encuentran operativos en el país.
Los habitantes de los pueblos y parroquias del interior de Venezuela no tienen las mismas posibilidades de salir adelante como los que pueden tener quienes viven en las zonas urbanas. La salud y la educación constituyen los puntos más vulnerables para estas personas que en la mayoría de los casos, optan por no estudiar y van creciendo sin ningún tipo de formación académica.
El marcado deterioro en el sistema educativo de Venezuela queda al desnudo en estos pueblos, donde escasamente llegan algunos beneficios, asunto que influye para que no exista motivación para el desarrollo educacional.
Mejorar la calidad de vida
Fundación La Pastora, organización que desde la década de los 90 se ha esforzado en contribuir con el sistema educativo de La Pastora, logró la formación de más de 4.000 niños, en lo que fue su proyecto bandera: el Centro de Educación Inicial “Fundación La Pastora”, institución donde se imparte los tres niveles de la etapa preescolar.
En esta entrega de #LaOtraVenezuela, La Patilla conversó con Marietta Cañizalez, coordinadora de Funda Pastora. Ella ha llevado parte de las riendas de la fundación junto a su presidente, Gerardo Riera, conjuntamente con un equipo multidisciplinario y voluntarios comunitarios y corporativos, que se han esforzado en llevar la educación de los niños y jóvenes de La Pastora a otro nivel.
Sensibilidad y valores
Comenta Marietta Cañizalez que la base que sostiene el área educacional de esta fundación son los valores, la responsabilidad, el comportamiento y la disciplina, inculcados a través de formaciones donde, además, se involucra a la familia en general.
En ese sentido, le dieron vida al proyecto, AMBLEMA, el cual cubre las áreas de ambiente, lengua y matemática. Este exitoso proyecto beneficia actualmente a 729 personas del Colegio Fe y Alegría, y la Escuela Ezequiel Zamora, ambas instituciones de la población de La Pastora.
A través de AMBLEMA, Funda Pastora ha logrado que cientos de niños se sientan motivados por la lectura y las matemáticas, llevando a cabo retos. Uno de los más conocidos es “La hora tal”, que consiste en que a una hora determinada suena una campana que indica que llegó el tiempo de la lectura. A esa misma hora, todas las personas de la escuela toman un libro y se ponen a leer, y al finalizar deben sumar el récord de palabras leídas en determinado tiempo.
El niño que haya logrado leer la mayor cantidad de palabras en el menor tiempo posible, va acumulando “amblema monedas”, que luego podrán canjear en unas bodegas al finalizar cada lapso académico.
Resultados en la lectura
Asegura Cañizalez que las estadísticas hablan por sí solas y que gracias a esta estrategia, los niños desde la etapa preescolar manifiestan tener dominio en la lectura y adquieren el hábito de leer diariamente, logrando que por un rato dejen a un lado el uso de los aparatos electrónicos.
En el área de matemáticas, resalta Marietta la realización de unas olimpíadas, las cuales sirven de motivación a los estudiantes para esforzarse y pasar todas las pruebas, afianzándose el interés por esta importante área del conocimiento.
No es secreto para nadie, la modificación del currículo de educación venezolano por parte del régimen, donde asignaturas esenciales como matemática, física y química son subestimadas en los planes educativos. Por eso, la Fundación La Pastora a través de su voluntariado corporativo, envía a profesionales de la Ingeniería -con dominio en estas áreas y que laboran en el central azucarero- a cada una de las instituciones a reforzar estas materias con clases y formaciones que les facilitan un mejor dominio en estas áreas a los jóvenes beneficiados.
Desde la raíz
Marietta Cañizalez cuenta que el trabajo que realizan en la educación de los niños pastoreños, es una especie de semillero que les permite ver el avance y crecimiento de los mismos, al punto que muchos de esos niños y jóvenes hoy forman parte del talento humano que integra a esta empresa azucarera.
En ese sentido, cuentan también con un sistema de becas para jóvenes, quienes reciben formación en diferentes universidades de la región larense, y una vez culminan sus estudios, son insertados al campo laboral.
La mayoría de ellos muestran interés por estudiar carreras del área de Ingeniería, gracias a la formación recibida durante la etapa de educación básica, media y diversificada.
Crecimiento personal
Afianzar el sentido de pertenencia, comenta Cañizalez, ha sido también la punta de lanza de esta fundación, donde se han empeñado en trabajar desde la raíz, ya que a su juicio, es la educación la base de la sociedad y del crecimiento de Venezuela.
Para esta fundación y sus integrantes, ejecutar proyectos educacionales es un reto grande, en el cual a pesar de las adversidades y limitaciones existentes, han logrado apalancar el talento y las capacidades de quienes tienen limitadas posibilidades de salir adelante.
Por ello, a través de talleres de resiliencia, convivir comunitario y comunicación comunitaria, han logrado convertir a los pastoreños, en personas más capaces, con ganas de salir adelante y con un sentido de pertenencia inigualable.
Motivación a los docentes
Los bajos salarios de los docentes ha sido una de las principales causas de la deserción laboral. En este aspecto, las poblaciones foráneas también resultan muy golpeadas, ya que es muy poco el personal dispuesto a trabajar fuera de la ciudad capital por todo lo que implica el poder trasladarse de un lugar a otro.
Por eso, desde Funda Pastora se han empeñado en motivar a los docentes de la misma comunidad y a su vez formarlos y empujarlos a que puedan continuar trabajando en pro de la educación de los jóvenes y niños.
Hoy, asegura Marietta Cañizalez, se pone de manifiesto el liderazgo en cada uno de los educadores que forman parte de estos proyectos gracias a las formaciones recibidas en diferentes áreas.
Con miras a extender estos planes educacionales, Fundación La Pastora se mantiene firme en continuar colaborando en la formación del futuro de los habitantes de la parroquia Cecilio Zubillaga y zonas limítrofes, sin cerrarse a extenderlos a más parroquias de Torres y otros municipios de la entidad larense.
Para ello seguirán consolidando planes, junto a empresas y organizaciones aliadas, a través del compromiso de su voluntariado y el desarrollo de programas que permitan seguir aportando al crecimiento de esta localidad.