Un video captado desde un drone y difundido en las redes sociales rusas muestra la impactante batalla entre dos unidades en Ucrania, en sus respectivas trincheras pero a tan solo metros de distancia entre sí.
Por Infobae
Las imágenes desde la altura reflejan el combate prácticamente cuerpo a cuerpo. Ya no quedan escondites, la distancia es, literalmente, a tiro de piedra. O más precisamente de granada, ya que varias son arrojadas de un bando a otro. Incluso, un soldado ucraniano llega a alcanzar un explosivo lanzado por el enemigo y lo arroja fuera de la trinchera antes que los mate.
La adrenalina es palpable. En lo que dura el video, se ve una baja rusa y tres ucranianas, entre disparos, explosiones y humo.
Según la información de los canales rusos, se trató de un asalto en Rascheuska, en el este de Ucrania, en una incursión de un pelotón de reconocimiento del Primer Batallón de Fusileros Motorizados de la 4ª Brigada.
El día a día en las trincheras
Un soldado ucraniano jadeante, aferrado a su Kalashnikov y con miedo en los ojos, no se movió ni un paso durante cinco horas en su zanja a la orilla de la carretera. Un tanque ruso oculto en el horizonte disparaba sin parar hacia el punto donde Andriy, de 55 años, yace tendido en la tierra.
Su cuello bronceado está cubierto de sudor y su boca demasiado seca para pronunciar más que un susurro. Pero su corazón está tan acelerado que apenas puede respirar en el frente oriental ucraniano. Andriy no tiene idea de adónde se fueron los otros hombres de su unidad, ni de la cercanía de los rusos a su zanja. “No queremos provocarlos porque de lo contrario comienzan a dispararnos con más fuerza”, explicó desde el frente oriental.
“He perdido muchos amigos”, declaró un soldado que se identificó como Gere antes subir a un vehículo blindado y dirigirse a la línea de combate. “Quiero vengar sus muertes”, expresó el joven de 23 años.
Por su parte, la sargenta Galyna Syzonenko sabe lo que es estar inmovilizada en una trinchera. La médica militar cargaba un walkie-talkie y escuchaba los estallidos en una colina que los rusos han intentado tomar la última semana.
En el primer respiro la llamarían para que corriera a su furgoneta a sacar a los heridos, con muchas posibilidades de quedar atrapada allí por días. “Es increíblemente escalofriante”, comentó sobre la guerra en las trincheras.
“Hay momentos en que no te puedes mover por horas. Ni siquiera te atreves a mirar arriba”, contó. “Llevo mi miedo como una medalla de honor”, sostuvo la sargento de 50 años. “Solo los tontos no sienten miedo en una situación como esta”.
El capitán Oleg Marchenko parecía buscar las palabras para expresar sus pensamientos en medio del fuego intenso. El hombre de 28 años miró a la sargento y sonrió. “Ella se sienta en la trinchera y se preocupa por salvar a los demás”, comentó Marchenko.
“Un tanque recibe las coordenadas y bombardea continuamente el sitio. Puede disparar 1.000 proyectiles por día”, comentó con la mirada distante. “Si te mueves un paso, mueres”. Marchenko y Syzonenko se alejaron de la carretera para dejar pasar un camión con un vehículo blindado. “Mientras tengas una trinchera o una zanja, podrás salvar tu vida”, aseguró el capitán. “Y tendido allí, sientes miedo y adrenalina”.