El jefe del Ejecutivo español, el socialista Pedro Sánchez, cumplirá esta semana cuatro años en el poder, un aniversario en el momento más difícil de su mandato debido a una relación deteriorada con sus socios parlamentarios y las encuestas restándole apoyo ciudadano.
Alcanzó el Gobierno por medio de una moción de censura contra el conservador Mariano Rajoy el 1 de junio de 2018 gracias al voto de los socialistas, que no disponían de mayoría, de Unidas Podemos y de un puñado de pequeños partidos de izquierda, nacionalistas e independentistas vascos y catalanes.
Aseguró que su mandato estaría marcado por medidas sociales y que facilitaría la regeneración democrática, en contraposición a la corrupción que afectaba al Partido Popular (conservadores).
El Congreso, sin embargo, rechazó su propuesta de presupuestos del Estado y se vio obligado a convocar elecciones en abril de 2019, que se repitieron en noviembre porque Sánchez no obtuvo una mayoría suficiente ni otros apoyos parlamentarios para ser de nuevo presidente del Gobierno.
En enero de 2020, pudo formar un gobierno de coalición con los izquierdistas de Unidas Podemos y el apoyo también necesario de nacionalistas e independentistas.
LEGISLATURA AGITADA
Discrepancias continuas con Unidas Podemos y desavenencias en los últimos tiempos con esos pequeños partidos han condicionado una legislatura de altibajos políticos, marcada por la pandemia y la fuerte crisis socioeconómica derivada.
“El presidente ya conoce lo difícil que es conseguir apoyos para la investidura, tampoco lo ha tenido fácil al afrontar las consecuencias de una pandemia, del volcán canario (85 días en erupción en 2021), de la guerra en Ucrania…”, aseguran a Efe fuentes del Gobierno.
Pero Sánchez “no se va a arredrar ahora para seguir cohesionando la mayoría que necesita España”, añaden las fuentes, que reconocen, no obstante, lo delicado de la situación actual.
La más reciente diferencia con Unidas Podemos se dio el jueves pasado, cuando esta formación se abstuvo en la votación del proyecto de ley audiovisual, que pudo aprobarse en el Congreso por la también a la abstención de los conservadores.
Otra cuestión que ha sacudido la política española durante las últimas semanas es el espionaje a líderes independentistas vascos y catalanes con el sistema Pegasus.
Las explicaciones de Sánchez en el Parlamento no sirvieron para calmar a socios parlamentarios como ERC (independentistas catalanes de izquierda), e intentó cerrar la crisis anunciando medidas para aumentar el control del Centro Nacional de Inteligencia, los servicios secretos españoles.
Mientras Sánchez se afana en una imagen de unidad dentro del Gobierno y en recomponer la relación con los soberanistas, la oposición conservadora sube en la encuestas con su nuevo líder, Alberto Núñez Feijóo.
“No es el momento ideal pero si alguien es sinónimo de resistencia, ese es Sánchez”, subrayan las fuentes citadas, convencidas de que es posible llegar hasta el final de la legislatura, prevista para finales de 2023.
A pesar de todo, el Gobierno destaca que ha conseguido aprobar medidas como la reforma laboral, el ingreso mínimo vital, un aumento notable del salario mínimo y otras iniciativas para ayudar a los más vulnerables ante las consecuencias de la pandemia y de la guerra.
EFE