Autoridades de Estados Unidos identificaron a Salvador Ramos como el tirador que entró en una escuela primaria de Texas y mató a 21 personas (19 alumnos y 2 profesoras). Luego del ataque, Ramos corrió a atrincherarse en el edificio, desde donde se habrían escuchado más disparos. Portaba una pistola y también habría llevado un fusil, según informes.
Por: El Heraldo
Simultáneamente, Gladys Castillón vivió momentos de angustia cuando supo del tiroteo en la misma escuela donde estudiaba su hija. Al llegar a buscarla pudo ver a varios menores heridos y pasaron horas para poder reunirse con su nena.
En lo que encontraba a su hija, Gladys fue testigo de cómo muchos niños permanecían heridos en el piso llorando de dolor y miedo. Poco después, logró reunirse con su pequeña, que aunque permanecía en shock por lo acontecido, estaba a salvo.
“Yo no podía parar de llorar y abrazarla, yo solamente estaba agradecida con Dios por tenerla en mis brazos, pero sentía un dolor ajeno al ver a toda la comunidad conmovida, madres que sus hijos no estaban ahí”, declaró para Telemundo.
Relató que al llegar a casa, su hijita no quiso hablar sobre lo sucedido, pero al día siguiente dio detalles de lo que ella y sus compañeritos habían vivido durante el tiroteo. “Mi hija solamente dice que ellos estaban muy cerca del salón donde ocurrió el tiroteo, estaban afuera, jugando”.
“De repente, mami, nos dicen que corramos y nos refugiemos en cualquier aula, corrimos todos, entramos a un salón, apagaron las luces, estuvimos en silencio, pero empezamos oír a los niños gritar y llorar, empezamos a escuchar los impactos de bala y una risa, una carcajada”, explicó la pequeña a su madres.
“Mi hija dice que es lo que sigue escuchando, la risa que podría ser del tirador, la que describe como la risa del demonio”, dio a conocer la madre de la menor, quien cree que esa espeluznante carcajada era la de Salvador Ramos mientras disparaba.
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