Así es Christian Brueckner, el voraz y violento depredador sexual obsesionado con las niñas de corta edad

Así es Christian Brueckner, el voraz y violento depredador sexual obsesionado con las niñas de corta edad

Christian Brueckner fue formalmente acusado como sospechoso del caso Madeleine

 

 

 

La fiscalía de Faro hizo pública ayer la noticia que mucha gente estaba esperando: Christian Brueckner fue imputado formalmente como principal sospechoso del secuestro de Madeleine McCann, que desapareció del apartamento 5A del Ocean’s Club de Praia da Luz el 3 de mayo de 2007.

Por La Razón

Casi 15 años después de lo ocurrido y apenas unos días antes del estreno del documental de AMC Crime “Madeleine McCann: Principal sospechoso”, se reveló que los investigadores de Portugal, Reino Unido y Alemania han trabajado de forma coordinada en una investigación que sentará en el banquillo al pedófilo alemán de 44 años, que cumple una condena en una cárcel alemana por la salvaje violación de una turista norteamericana de 72 años, en Praia da Luz dos años antes de la desaparición de la menor británica.

Lo que no ha trascendido son las pruebas que se tienen contra él, que deben ser lo suficientemente contundentes como para poder sentarle en el banquillo, tal y como han reiterado los investigadores en todo este tiempo. Durante los dos años que han pasado desde que el fiscal alemán Hans Chrristian Wolters dijera públicamente que el caso estaba resuelto al 90 por ciento que el sospechoso era Wolters, se han filtrado pocos datos de la investigación pero sí se han conocido muchos datos acerca de Brueckner, que lo describen como un depredador sexual violento, voraz y desinhibido, al que le gustaba compartir y producir material pornográfico con escenas sexuales con niños -algunos de muy corta edad- e incluso con animales.

Gracias a la labor de investigación se ha podido saber que el ahora imputado por la desaparición de Maddie fue adoptado y vivía en una familia con una disciplina muy estricta. Su padre adoptivo sufrió un grave accidente de tráfico, que le dejó muchas secuelas e impedía que la familia pudiera cuidarle, por lo que acabó en una institución religiosa. Tenía 14 años. A los 16 cometió su primer delito. El primero fue un allanamiento en el año 1992. Poco más de un año después, con tan sólo 17 años, fue condenado a dos años de prisión por abusar sexualmente de dos niñas de 6 y 9 años, pero escapó de las autoridades y en 1995 se refugió en Portugal, donde continuó su carrera delictiva y dónde los investigadores sospechan que cometió numerosos abusos sexuales que no fueron denunciados.

Durante los años siguientes, Brueckner se movió por todo el sur de Portugal, cambiando de coche habitualmente y ganándose la vida con el trapicheo de droga, robo de combustible y la compra-venta de vehículos usados. También pasó temporadas en Alemania, donde compró un par de propiedades de campo aisladas y trabajó en un bar.

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