El inesperado sacudón que acaba de golpear a Netflix puede ser el acto inaugural de una serie de cambios y nuevas configuraciones en la industria del entretenimiento. Cuando todas las proyecciones auguraban para esta fase marcada por la probable salida de la pandemia una tendencia hacia el crecimiento, el gigante del streaming debió reconocer en cambio una sensible pérdida en el número global de sus abonados, la más importante de la última década.
Por La Nación
Lo peor no es que alrededor de 200.000 suscriptores hayan renunciado a la “N” más famosa del abecedario del showbiz, sino que exista el riesgo cierto entre analistas e inversores de una baja sostenida de las expectativas en los resultados del negocio para los próximos años. En un solo día, el miércoles pasado, la acción de Netflix bajó un 35%, y el derrumbe hizo caer de manera vertical e inmediata el valor de mercado de la compañía: nada menos que 5500 millones de dólares de pérdida en un abrir y cerrar de ojos.