Los racionamientos eléctricos en Venezuela tienen alarmados a los empresarios y comerciantes, porque temen que se repita la tragedia de 2019.
Corresponsalía lapatilla.1eye.us
En el Zulia, los racionamientos eléctricos son de cuatro a diez horas por día. Aseguran que es una lotería: algunas jornadas son solo de cuatro horas; otros días suspenden el servicio dos veces, una de cuatro horas y otras de tres horas.
Luz Montiel es encargada de un pequeño comercio donde vende víveres, frutas, verduras, carnes y embustidos. Dijo que desde que iniciaron los racionamientos han empleado un nuevo método: congelan las carnes durante el día.
“La técnica es conservar la carne para cuando venga la tanda de cuatro horas o seis. Pero se dificulta para vender en el día porque siempre está congelada. Algunos clientes no compran, porque la carne está como una piedra, pero prefiero perder uno que otro cliente a perder la carne”.
Para ella y un grupo de comerciantes es difícil trabajar así, pero no pueden dejar de hacerlo. Claman desesperadamente por que Corpoelec anuncie por lo menos un cronograma que les permita organizarse.
Angel Villalobos este 2022 abrió una venta de víveres. Para él es mejor trabajar con este tipo de mercancía, nada de productos avícolas ni cárnicos, porque a su juicio se “enreda el papagayo”.
“Pensé en vender pollo, pero me frenó la crisis eléctrica. Este rubro es muy delicado, y para perder, mejor no vender. De paso que las ventas están malas, malas… Prefiero ganar poco, que no vender nada”.
Ante esto el presidente de la Cámara de Comercio, Francois Galleti, dijo que la actual crisis eléctrica está ocasionando una merma comercial importante. La gente se está limitando a comprar lo esencial por temor a perder.
El representante de la cámara dijo que los continuos racionamientos sin un cronograma está matando de nuevo al sector comercial y ocasionando pérdidas económicas que a corto plazo pueden generar un efecto negativos para los empleados.
Galleti sentenció que no entiende la razón por la cual en otros estados sí fluye el suministro de combustible y en el Zulia es una odisea.
Para Amelia Corona es imposible no sentir temor de vivir un nuevo apagón. Para los zulianos fueron días muy duros donde muchos perdieron seres queridos.
“Yo compro a diario lo que necesito. La situación está muy dura para perder comida. Prefiero comer enlatados y granos. El dinero no alcanza mucho para comprar carnes y ahora que vivimos sin luz, mejor no inventar”.