El mundo no ha terminado de salir de la crisis ocasionada por el virus chino durante los últimos dos años, cuando la Rusia de Vladimir Putin sufre un “ataque impulsivo conquistador” e invade a una nación soberana como Ucrania.
lapatilla.1eye.us
EEUU fue de los primeros en advertir que Rusia planeaba invadir Ucrania, incluso vaticinaron el día en que ocurriría. Posteriormente se sumaron Reino Unido y la Otan a un clamor de cese al fuego que fue tomando dimensiones globales.
Inclusive el jefe de Naciones Unidas, Antonio Guterres, imploró a Putin “en el nombre de la humanidad” que retirara sus tropas de la frontera ruso-ucraniana.
Ante los dramáticos discursos de los líderes de Occidente, medios de comunicación se hicieron eco de opiniones de especialistas, e inclusive desde la mismísima Rusia, en donde aseguraban que una posible acción militar en Ucrania era imposible, pero sucedió.
Pese a las constantes advertencias, Rusia, ante todo pronóstico, reconoció la independencia de las autoproclamadas repúblicas populares de Donetsk y Lugansk, ambas provincias dentro del territorio ucraniano.
La acción fue usada por Putin como pretexto para ingresar deliberadamente a Ucrania. Una invasión a toda regla.
“Las repúblicas populares de Donbás se han acercado a Rusia con una petición de ayuda. En relación con esa conversación, he tomado la decisión de lanzar una operación militar especial. Su objetivo es proteger a las personas que han sido objeto de abusos y genocidio del régimen de Kiev durante ocho años, y para ello buscaremos desmilitarizar y desnazificar Ucrania y llevar ante la justicia a quienes cometieron numerosos crímenes sangrientos contra personas pacíficas, incluidos nacionales rusos“, declaró Putin en un mensaje en televisión abierta en Rusia el pasado 24 de febrero.
Horas después, el ejército ruso bombardeó las ciudades de Kiev, Járkov, Odesa y el Donbás.
Posteriormente, autoridades ucranianas reportaron el desembarco de tropas en Odesa y Mariúpol. Asimismo, se informó que Rusia lanzó misiles balísticos y de crucero en aeropuertos, cuarteles militares y depósitos militares en Kiev, Járkov y Dnipro.
El presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, figura enaltecida y reforzada en lo que va de conflicto, reaccionó inmediatamente y comparó la invasión de Rusia a su país con las campañas militares llevadas a cabo por la Alemania nazi durante la Segunda Guerra Mundial.
“Rusia ha atacado a Ucrania de una manera cobarde y suicida, como lo hizo la Alemania nazi durante la Segunda Guerra Mundial”, dijo el mandatario.
El jefe de Estado inmediatamente desechó relaciones con Rusia.
“Es hora de salir a protestar contra la guerra con Ucrania. Levantaremos las sanciones a todos los ciudadanos de Ucrania que estén dispuestos a defender nuestro país como parte de la defensa territorial con las armas en la mano”, exclamó Zelenski, quien anunció que darían armamento a todos los que estuvieran dispuestos a defender Ucrania.
“Prepárense para apoyar a Ucrania en las plazas de nuestras ciudades. Rusia atacó a traición a nuestro Estado por la mañana, como lo hizo la Alemania nazi. A día de hoy, nuestros países están en lados diferentes de la historia del mundo. Ha emprendido un camino de maldad, pero se defiende y no renunciará a su libertad sin importar lo que piense Moscú”, culminó en su mensaje al país.
Rusia, con el mundo en contra
Ante la adversa situación, Zelenski comenzó a hacer llamados contundentes a Occidente para apoyar la defensa de Ucrania, entre ellos la incorporación de su nación a la Unión Europea y la Organización del Tratado del Atlántico Norte (Otan), además de instar a sus pares en el mundo a adoptar medidas contra la administración de Vladimir Putin.
De momento, ese llamado no ha sido atendido por los líderes occidentales. Sin embargo, el mundo democrático condenó la acción del régimen ruso en contra de Ucrania.
Un día previo a la invasión, la Unión Europea anunció sanciones contra altos funcionarios y jefes militares rusos por su papel en el reconocimiento de las regiones separatistas de Ucrania. Estas primeras medidas consistieron en el congelamiento de bienes y prohibiciones de visas contra los afectados.
Al mismo tiempo, Joe Biden anunció medidas contra la empresa encargada de la explotación del gasoducto Nord Stream II.
Con los días, países del bloque europeo, así como EEUU, llevaron a cabo ostentosas donaciones económicas a Ucrania para abastecerla de armamento con el objetivo de apoyar su defensa ante las embestidas del ejército de Putin.
Días posteriores a la invasión, diversas entidades mundiales tomaron severas medidas para aislar a Rusia en el plano económico, financiero, energético, incluso, deportivo. Cada día supuso una nueva arremetida contra Putin y sus aliados, incluyendo sanciones, persecución e incautación de bienes pertenecientes a oligarcas rusos cercanos al líder del Kremlin ubicados en diferentes partes del mundo.
Aun así, las fuerzas rusas han bombardeado estructuras como hospitales, guarderías, colegios, centros comerciales y sedes de gobierno ucraniano, todas estas con civiles dentro, según denuncias de organizaciones y funcionarios de la administración de Zelenski en el terreno.
Dentro del conflicto que supone una guerra como la declarada por Rusia a Ucrania, se han reportado irregularidades como la toma de bases nucleares como Chernóbil por parte del ejército ruso.
Entre las acciones tomadas por Occidente contra Vladimir Putin y su gobierno, la más fuerte hasta el momento de escribir esta nota, fue adoptada por Joe Biden, quien anunció la prohibición de todas las importaciones de petróleo y energía de Rusia a su país.
“No participaremos del subsidio para la guerra de Putin”, expresó Biden. “Estados Unidos produce mucho más petróleo internamente que toda Europa“, agregó.
La medida se tomó “en estrecha coordinación” con los aliados de la Casa Blanca, dijo el mandatario, en un momento en que los países europeos, mucho más dependientes de los hidrocarburos rusos, se han resistido a tomar las mismas sanciones.
Tras el regaño global a Rusia y los incesantes llamados para establecer un diálogo entre ambas partes, se accedió a entablar jornadas de negociaciones con el objetivo de detener el avance de la invasión a Ucrania.
El pasado 28 de febrero se llevó a cabo la primera sesión de conversaciones en la región bielorrusa de Gómel, y hasta el momento que se redactó esta nota, se han logrado establecer cuatro jornadas de diálogo entre funcionarios rusos y ucranianos.
Tras 28 días de invasión, más de 3,5 millones de personas han huido de Ucrania, según un recuento de la ONU, de los que alrededor del 90% son mujeres y niños.
Venezuela, aliada de Putin… o eso parece
No es secreto para nadie que el régimen de Nicolás Maduro es un ferviente aliado de Vladimir Putin. A través de los años, ambas tiranías han estrechado lazos diplomáticos. Más allá del plano ideológico, su relación es fortalecida por lazos económicos y militares.
Sin embargo, la conexión entre los dos países se ha visto sacudida desde el inicio del conflicto ruso-ucraniano por confusos cambios de discurso por parte de la dictadura venezolana.
Las primeras declaraciones del chavismo consistieron en críticas a Estados Unidos y la Otan, esta última acusada por los miembros del régimen como la principal culpable de la crisis en Ucrania.
Maduro, también golpeado por sanciones económicas procedentes de la Casa Blanca, en su primer discurso post invasión apoyó la campaña de Putin en Ucrania.
El Kremlin, a través de un comunicado, informó que Maduro y Putin conversaron vía telefónica, información que minutos después sería ratificada por el jefe del chavismo.
“Sostuve una conversación telefónica con el presidente, Vladimir Putin, le ratifiqué la condena de Venezuela a las acciones desestabilizadoras de la Otan. Reiteré la firme disposición a favor del entendimiento y el diálogo, como vía para la preservación de la paz”, expresó Maduro a través de un tuit.
Lo que no se esperaba Putin era que su fiel aliado se reuniría con enviados de Joe Biden días después.
Por su parte, el gobierno encargado de Venezuela bajo el mandato de Juan Guaidó, rechazó firmemente que se use el nombre del país para apoyar la barbarie rusa.
“Venezuela condena sin titubeos la invasión rusa. Estamos con el pueblo de Ucrania“, afirmó Guaidó a través de su cuenta de Twitter, donde también aseguró que “el rol que tenemos los venezolanos en este conflicto es acompañar la lucha del pueblo ucraniano y seguir luchando por rescatar la democracia y libertad en Venezuela”.
¡SORPRESA! Reunión Biden-Maduro
Para asombro de todos, funcionarios de la administración de Joe Biden visitaron Venezuela el pasado sábado 5 de marzo y se reunieron con Nicolás Maduro en Caracas, según lo revelado por The New York Times y reseñado posteriormente por la agencia Reuters.
De acuerdo con la información, los enviados estadounidenses buscaron determinar si el chavismo estaba preparado para distanciarse de Rusia en medio de la invasión a Ucrania.
Dicha visita representa la reunión de más alto nivel de EEUU en Venezuela en años, y según Reuters, “no llegaron a ningún acuerdo“.
Como era de esperarse, el encuentro ocasionó un rechazo unánime por parte de la comunidad internacional, quienes condenaron que la Casa Blanca acuerde con Maduro un alivio en las sanciones petroleras y económicas a cambio de crudo.
Tantas críticas generó la visita, que republicanos y demócratas advirtieron a los funcionarios en Washington que es un error considerar convertir al chavismo nuevamente en un aliado energético sin antes restaurar la democracia en Venezuela.
Durante una conversación con lapatilla.1eye.us, Félix Arellano, internacionalista y doctor en Ciencias Políticas de la Universidad Central de Venezuela (UCV), consideró que el encuentro entre enviados de Biden con Maduro “fue una jugada estratégica muy importante de los EEUU“.
“Supera la línea que se venía desarrollando desde Donald Trump. Desde el fondo transmite la importancia del tema energético“, añadió.
-¿Es importe el papel de Venezuela en el conflicto ruso-ucraniano?
El especialista zanjó en un principio la duda sobre si el petróleo venezolano cubriría la demanda de potencias como Estados Unidos tras la aplicación de sanciones al plano petrolero ruso.
“Venezuela no es una solución muy inmediata, porque tiene una industria destruida, produce muy poco y por eso la jugada es más geopolítica que geoeconómica“, explicó Arellano.
Asimismo, agregó que “realmente no hay los recursos para que Venezuela ayude ya en una crisis de abastecimiento, pero sí podría haberlos tras un proceso de inversión y reestructuración que derivará a uno de negociación“.
De acuerdo con el reporte mensual de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (Opep), el precio del petróleo venezolano se cotiza en 71,02 dólares por barril.
-¿Cuáles serías las acciones a tomar por parte de ambas partes?
Creo que por ahora Miraflores, que ha mostrado habilidad en el manejo geopolítico, intentará ir poco a poco. También Biden debe ir poco a poco, porque no hay urgencias, porque tiene ya reacciones tanto de demócratas como republicanos haciendo críticas, porque tiene encima las elecciones de noviembre, donde la Florida pesa mucho en esos procesos, además es un electorado que no ve con buenos ojos negociaciones con Cuba y menos con Venezuela. Por eso tiene que manejarlo con cautela.
Biden va a tener que hacer esfuerzos para reeditar acuerdos bipartidistas en el manejo de la política exterior que caracterizaron a EEUU durante muchos años.
EEUU tiene en el fondo el gran enfrentamiento con China y con Rusia, trata que no se vincule a los asiáticos. Con Venezuela, trata de irla reincorporando a occidente.
Las necesidades de Miraflores pueden llevarlo a una negociación, y eso ha quedado demostrado tras la visita de los funcionarios de Biden a Caracas. Biden se va a manejar prudentemente y el chavismo hará lo mismo por su relación con Putin, la cual no creo que la quieran alterar duramente ni muy rápidamente. Hay desconfianza en todos los bandos, pero no hay duda que fue una gran jugada de EEUU.
-El peso de las sanciones contra Rusia y cómo juega Venezuela ese tablero
Era un panorama previsible, y no creo que la Unión Europea lo vaya a cumplir rígidamente, y si la guerra se hace larga, el nuevo invierno de este año… el gas es fundamental. Vendrán negociaciones duras, presiones fuertes contra Putin para encontrar algún tipo de acuerdo.
Con EEUU es un poco distinto. Ellos tienen una capacidad productiva enorme, son los principales productores del mundo. Ellos pueden hablar de sanciones porque no le van a afectar los precios.
En cualquier escenario, Venezuela no representa solución en el corto plazo. No se puede pensar en Venezuela para sustituir la cuota que deja de comprarse a Rusia, que además va a estar en el mercado negro, de tal manera que va a seguir existiendo petróleo ruso, pero más caro por las sanciones.
Venezuela no tiene capacidad, no tiene producción, no da jamás para llegar a los niveles que deja el vacío de Rusia. Podría ser una alternativa en mediano plazo, pero requerirá la apertura de Miraflores y la seguridad jurídica en Venezuela. Imagina que llegan las empresas con sus taladros y se los expropian, la desconfianza sería enorme. Tienen que haber señales de reformas jurídicas, políticas, adicionalmente inversiones de alto calado, que no vienen por días, sino buscando resultados a largo plazo que generen garantías y seguridad.
Y por lo que se ve, en la agenda de EEUU está desvincular a Venezuela de sus enemigos, Rusia, China, e ir incorporándola paulatinamente a occidente. Como no será un proceso rápido, estará seguramente una presión para que haya una reforma en el ámbito electoral, unido al tema económico, energético y humanitario.
De acuerdo con información de la agencia EFE, el precio del barril de petróleo Brent, tipo de crudo que se extrae principalmente del mar del Norte y marca la referencia en los mercados europeos, se ha situado en 118,26 dólares, esto marcado por las consecuencias de la invasión rusa en Ucrania.
Este tipo de petróleo se disparó ante la posibilidad de que la Unión Europea sancione al sector petrolero ruso por la invasión a Ucrania, lo que aumentaría la presión sobre el suministro global de crudo.
-¿Qué hay de la escasez de productos alimenticios y la producción perjudicada por las sanciones y la invasión?
Un país en guerra cambia toda su dinámica, particularmente Ucrania que es el invadido. Ucrania era considerada el granero de Europa por su producción de cereales, maíz, pues eso ya no puede ser porque la población está huyendo, Rusia está atacando desde el aire y la gente no puede estar cultivando la tierra tranquilamente mientras el país está ardiendo.
En Europa debe estar sintiéndose el desabastecimiento que puede generar Ucrania, porque llevamos varias semanas de guerra.
En consecuencia, todo lo que Ucrania enviaba al mundo en exportaciones debe estar parado, porque no va a estar funcionando el comercio, Rusia está atacando puertos y aeropuertos, y la mayoría del comercio se hace por mar y por aire. La población está huyendo desesperadamente… ¿quién produce?.
Con respecto a Rusia, gran abastecedor de energía y gas, el primer tema son las sanciones, porque Rusia no está siendo atacada, no está invadida. Su población civil sigue produciendo y trabajando.
Los problemas son las sanciones aéreas, financieras y económicas contra Rusia. Pareciera que no toda Europa está unida en el tema de sanciones energéticas. En consecuencia, algo de gas o petróleo se sigue vendiendo, pero no fluye todo con la facilidad de antes.
Putin aspiraba que fuera esa ilusa idea de invasión quirúrgica que no existe y que está viviendo en carne propia.
-¿Afectaría a Venezuela la escasez que supone la invasión rusa a Ucrania y el cese de la producción de alimentos como el maíz?
¿Venezuela compra insumos desde esos países? No sabemos si la harina de trigo que usan nuestras panaderías viene precisamente de Ucrania. Si así fuera, al mediano plazo deberían estar acabándose las reservas.
Además, América del Sur también es productor de cereales, de trigo, en consecuencia podríamos estar comprando a Brasil, Argentina, Uruguay o Paraguay.
-¿Si se cierra el grifo a Rusia, es posible que los precios suban?
Por supuesto que los precios van a subir, los precios de todas las materias primas subirán. Los fertilizantes de Rusia, que se siguen produciendo allá, les costará más venderlo por lo que van a subir. El costo del transporte internacional va a subir, los seguros se van a hacer más costosos en el comercio internacional. Estamos saliendo de una pandemia y ahora entramos a una guerra con efectos globales.
Los precios no deberían cambiar hoy, pero van a subir, va a haber un efecto inflación a escala mundial.