El presidente alemán, Frank-Walter Steinmeier, visitó hoy el centro judío Chabad de Berlín, donde han sido acogidos cien huérfanos de la ciudad ucraniana de Odesa, el menor de los cuales de dos meses y medio de edad.
“Son víctimas de la inhumana guerra de (Vladímir) Putin. Es responsabilidad nuestra darles protección”, afirmó Steinmeier, para agradecer a continuación la labor que realizan estos días organizaciones o ciudadanos privados para acoger a esos refugiados “independientemente de su procedencia o religión”, añadió.
El grupo de menores no acompañados y huérfanos, en su mayoría entre los 3 y los 18 años, llegó a Berlín junto con un grupo de cuidadores el pasado vienes tras un tortuoso viaje de varios días en autobús.
Hay otro grupo, asimismo de un centenar de menores procedentes de Odesa, a los que se espera esta noche también en ese centro judío.
A Alemania han llegado desde que se inició la invasión de Ucrania unos 50.000 refugiados, la mayoría de los cuales a Berlín, desde donde prosiguen viaje a otros puntos del país.
La compañía de ferrocarriles Deutsche Bahn ha reforzado las conexiones con la ciudad fronteriza de Fráncfort del Oder para facilitar su traslado hasta la capital.
Polonia había recibido hasta el domingo por la noche un millón de desplazados por el conflicto, del total de 1,5 millones de refugiados que, según estimaciones de la ONU, se han generado ya en los primeros once días desde el comienzo de la invasión rusa.
Inicialmente se había calculado que la guerra provocaría un millón y medio de desplazados, pero este cálculo subió ya a los cuatro millones a mediados de semana, para situarse, el pasado viernes, en los diez millones. Ucrania tenía antes del ataque del 24 de febrero algo más de 44 millones de habitantes.
EFE