Carlos Ochoa: Europa, mito y realidad

Carlos Ochoa: Europa, mito y realidad

La idea de Europa como una comunidad de naciones soberanas es relativamente reciente, la unidad europea se ha ido forjando con avances y retrocesos a lo largo de los siglos, hace dos mil años existió el imperio romano, pero los romanos al igual que antes Alejandro de Macedonia que conquistó prácticamente el mundo conocido de entonces, se identificaban con sus espacios geográficos y culturales nativos. El nombre de Europa como podemos leer en el “Himno Homérico a Apolo” donde se narra parte de la existencia del Dios olímpico y su intención de fundar un  templo y el conocido Oráculo de Delfos para que le rindieran culto los que vivían en el Peloponeso en las islas Jonias y en Europa, indica que en ese poema del siglo VIII a.c. se identifica a Europa como una locación geográfica. Posteriormente Horacio en sus Odas y Ovidio en La Metamorfosis le dan forma definitiva al mito de origen de Europa. En ellas Europa es una princesa Fenicia de belleza deslumbrante que es raptada por Zeus, para tal fin el Dios se convirtió en un toro blanco de aparente docilidad que se acercó a la princesa que jugaba con unas amigas cerca del mar, Europa se interesó por el toro y acarició su lomo terminando por montarlo, el Dios con apariencia de bovino salió corriendo disparado hacia el mar con Europa hasta llegar a la isla de Creta en donde ya con su verdadera apariencia  la desposó y embarazó tres veces abandonándola luego de saciar sus deseos, ella se quejaba de su suerte, pero Afrodita y Eros le dijeron que no se quejara pues había sido escogida por el más grande de los dioses lo cual significaba un altísimo honor para una mortal, Zeus la desposó con el rey de Creta Asterión quién reconoció a sus hijos entre los que se encontraba Minos que a la postre sería rey y es  recordado por  el famoso laberinto y el Minotauro, pero esa es otra historia.  Existen mitologías y leyendas  que le dan nacionalidades diferentes incluso la egipcia, pero hay consenso que Europa le da nombre a tierras y que el principal Dios griego la raptó, ciertamente es un origen complejo el de Europa, pero hay que aclarar que todos los orígenes míticos lo son.

Ahora bien ¿qué tanto está Europa distante de ese rapto en el siglo XXI?  Para algunos  representa la antiquísima rivalidad y enemistad entre oriente y occidente, hay hasta una versión que afirma que el vocablo del griego antiguo de donde deriva Europa significa abundancia, tierra espaciosa de gran riqueza y por tanto codiciada, tan vasta que ni los propios griegos conocían sus límites, pues la vastedad llegaba hasta donde se extendió el helenismo, con lo que podemos afirmar que lo que conocemos como occidente hoy día es mucho más que la Europa geográfica y cultural,  pues incluye a América, que a partir de la conquista y colonización se constituye en una construcción civilizatoria compleja y contradictoria que va a compartir la historia de occidente que se inició con los griegos con las civilizaciones originarias amerindias, lo cual le da a nuestro continente una diversidad histórica y cultural  inédita de compleja definición.   

La invasión rusa a Ucrania puede considerarse como un intento de rapto por parte de Putin, que pretende erigirse en una especie de Zar que sueña con apoderarse de buena parte de Europa para revivir no se sabe cual grandeza perdida de Rusia después de la desaparición de la Unión Soviética,  Stalin posterior a la Segunda Guerra Mundial consumó el rapto de la mitad de Europa, empobreciendo naciones, sometiendo por la fuerza la resistencia al autoritarismo totalitario comunista como ocurrió en 1968 en Checoslovaquia con la Primavera de Praga, colocándose en las antípodas de los valores que le dieron identidad a Europa antes y después del Renacimiento, valores como racionalidad, exaltación del saber y valoración histórica del pasado común. Estas ideas han sido la verdadera frontera entre Europa y Rusia, no los montes Urales o cualquier otro accidente geográfico.





 La idea de Europa y no Europa es de vieja data, pero las dos guerras mundiales y la finalización de la guerra fría unificaron a Europa en algo más que un concepto geográfico, le dieron una identidad para el ejercicio de todas las libertades, la integración europea es un hecho que se desarrolla bajo ese manto de libertades por encima de las diferencias étnicas, lingüísticas, económicas y nacionales, a esas libertades aspira el pueblo ucraniano y por eso resiste el zarpazo del oso albino, que con su enorme poder militar pretende crear una crisis global en la que no se puede descartar ninguna consecuencia para Europa y el planeta.