El flagelo del aumento de los precios ahora se encuentra entre las principales preocupaciones de los líderes empresariales de Estados Unidos, según una encuesta publicada el jueves, mientras que un funcionario de la Reserva Federal indicó que el banco central está listo para actuar contra la inflación.
Los datos oficiales muestran signos de que la ola de alzas puede haber alcanzado su punto máximo a fines de año, pero con la inflación en su nivel más alto en casi cuatro décadas, más economistas y algunos funcionarios de la Fed insisten en que el banco central podría tener que ser más agresivo para detener el aumento.
La inflación es la preocupación número dos entre los CEO, detrás de la escasez de mano de obra, y las presiones sobre los precios que podrían persistir hasta 2023, según una encuesta de The Conference Board publicada el jueves.
“Estoy muy preocupada por el alto nivel de inflación”, dijo la gobernadora de la Fed, Lael Brainard, en su audiencia de nominación ante el Comité Bancario del Senado, y advirtió que la mayoría de los pronósticos muestran que los precios podrían mantenerse altos durante la primera mitad del año.
En todo caso, matizó diciendo que toma “estas proyecciones con bastante precaución”.
Brainard dijo a los legisladores que la Fed se centrará en reducir la inflación a su objetivo del 2%, pero que lo hará “de manera consistente con una recuperación fuerte y sostenida”.
La herramienta clave de la Reserva Federal para combatir la inflación es la tasa de interés de referencia, reducida a cero al comienzo de la pandemia de covid-19.
James Bullard, presidente del Banco Federal de St. Louis, dijo el miércoles que las autoridades podrían tener que ser más agresivas y aumentar las tasas hasta cuatro veces.
– Récord de inflación –
Brainard, sin embargo, anticipó que cualquier movimiento se haría de “manera bien comunicada” para garantizar una respuesta “mesurada” de los mercados financieros y permitir que la economía siga recuperando empleos.
El cambio a un discurso más agresivo se produce después de que el índice de precios al consumidor terminó el año con un aumento del 7%, el más alto desde 1982, y que el índice de precios al productor alcanzó un récord del 9,7%.
Sin embargo, los datos mostraron que las presiones inflacionarias disminuyeron en el último mes del año, con la caída de los precios al productor de la energía y los alimentos.
Cecilia Rouse, directora de el Consejo de Asesores Económicos de la Casa Blanca, cree que “incluso cuando la economía ha tenido una recuperación histórica, se sigue enfrentando desafíos con precios impulsados por interrupciones en la cadena de suministro en todo el mundo” debido a la pandemia.
AFP