¿Por qué algunos meteoritos causan extinciones masivas y otros, incluso más grandes, no? La pregunta lleva décadas intrigando a los científicos, pero un estudio llevado a cabo por investigadores de la Universidad de Liverpool y el Instituto Tecnológico y de Energías Renovables, en Tenerife, podría haber hallado por fin una respuesta. Y es que, según explican los científicos en un artículo publicado en el “Journal of the Geological Society” de Londres, cuando hablamos de meteoritos el tamaño no importa, o por lo menos no tanto como su composición de minerales.
Por ABC
A lo largo de su dilatada historia, la Tierra ha sido golpeada miles de veces por rocas espaciales de todos los tamaños. Y cuando esas rocas son lo suficientemente grandes, el polvo generado durante el impacto puede llegar a oscurecer por completo la atmósfera del planeta, causando severos cambios en el clima y la desaparición de porcentajes significativos de las especies vivas.
Pero no siempre es así.
El equipo de investigadores, formado por paleontólogos, expertos en asteroides, mineralogía, física de nubes y modelado climático trató de averiguar la razón por la que meteoritos como el de Chicxulub, cuyo impacto acabó con la era de los dinosaurios y el 75% de las especias del planeta, fue mucho más letal que muchos otros de mayor tamaño y que no causaron extinción alguna.
Para ello, los investigadores analizaron 44 grandes impactos sucedidos durante los últimos 600 millones de años. Y lo hicieron utilizando un método totalmente nuevo, evaluando el contenido mineral del polvo expulsado a la atmósfera en el momento del impacto. De este modo, se dieron cuenta de que los meteoritos que chocan contra rocas ricas en feldespato de potasio, un mineral bastante común, siempre causan episodios de extinción masiva, independientemente del tamaño que tengan.
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