Violencia y persecución impulsan el desplazamiento de los indígenas venezolanos hacia Brasil

Violencia y persecución impulsan el desplazamiento de los indígenas venezolanos hacia Brasil

Asentamientos de indígenas venezolanos que migraron a Brasil / AFP

 

 

 





 

Por Pableysa Ostos / Corresponsalía lapatilla.1eye.us

Más de 3 mil indígenas de Venezuela han llegado a Brasil desde 2016, cruzando las fronteras entre ambos países como parte del movimiento masivo de refugiados y migrantes venezolanos que se extiende con rapidez en toda la región. Según cifras de la Organización Internacional para las Migraciones (OIM), un 65% pertenecen al grupo étnico warao.

Era viernes 22 de febrero de 2019. Venezolanos esperaban el ingreso de una ayuda humanitaria, la cual saldría de Brasil a territorio venezolano. El clima era tenso no solo en la frontera, sino en poblados del municipio Gran Sabana.

No eran ni las 10:00 de la mañana cuando una ráfaga de tiros alertó a la comunidad indígena de San Francisco de Yuruani. El hecho dejó más de 15 heridos y dos fallecidos: Zoraida Rodríguez y Rolando García.

Aunque el régimen de Maduro señaló que se trató de un enfrentamiento, los indígenas pemones de la comunidad de Kumarakapay denunciaron que fue una emboscada.

Este fue el inicio del desplazamiento de esta etnia a Brasil. “Ese desplazamiento se intensificó durante la gestión del entonces gobernador de Bolívar, Justo Noguera. A partir de ese momento, muchos indígenas tuvieron que movilizarse a Pacaraima, a territorios que ya fueron demarcados durante el gobierno de Lula, tierras indígenas como Alto San Marco, Medio y Bajo San Marco”, destacó una fuente.

“Para 2019 iniciaron su desplazamiento y fueron acogidos en Taurepán, Sacamota, comunidades indígenas adventistas. Por la similitud en sus culturas, no hubo problemas para ser acogidos”, explicó la fuente que trabajó en este proceso de reubicación en Brasil.

Destacan que la comunidad está ubicada en Bananal Sorocaima I en la BR carretera internacional 174, y alberga a más de 300 familias, las cuales no han regresado a Venezuela, porque muchos tienen procesos legales abiertos por el régimen chavista, por lo acontecimientos y delitos armados que se dieron en el municipio Gran Sabana en 2019.

“Algunos ingresaron por el territorio verde, otros por la propia frontera y fueron acogidos por la Organización de las Naciones Unidas (ONU). A través de la Organización Internacional para las Migraciones (OIM), ellos pudieron con ese proceso legal y cumplir con los requisitos para ser refugiados”, destacó.

Distintas etnias en Brasil

Selma Campos, quien labora en el Departamento de Migración de la Secretaria de Educación de Pacaraima, destaca que este tiene como finalidad el garantizar el derecho a la educación de todos esos niños emigrantes, sin importar la nacionalidad.

Asentamientos de indígenas venezolanos que migraron a Brasil / AFP

 

Campos le explicó al equipo de La Patilla que también hay indígenas waraos, los cuales iniciaron su desplazamiento en 2014. Entre 2015-2016 fueron deportados, pero después ingresaron nuevamente a Brasil.

“Es el único pueblo indígena warao de Latinoamérica, por lo que tienen un trato especial a través de antropólogos, la Fundación Nacional del Indio, entre otras organizaciones. Lo mismo se está aplicando con la taurepán que llegó en 2019”.

“Los waraos en el municipio de Pacaraima están acogidos en un refugio conocido como Yanocoida, que significa casa grande de agua. Viven más de 300 familias. Este es un abrigo coordinado por la ONU y el Ejército brasilero que trabaja con todas las organizaciones, las cuales de una forma u otra garantizan los derechos de los indígenas”, explicó Campos.
Otras etnias que en los últimos 2 años han emigrado a esas zonas son la kariña, yekuanas y eñepa. En Pacaraima, 15 familias yekuanas están siendo acogidas en la comunidad indígena Sacomot y los otros ya están en abrigos de Boa Vista.

Perseguidos y acosados

La etnia taurepán fue desplazada por el gobierno de Justo Noguera por la violencia que se dio en 2019 dentro de la comunidad de Francisco de Yuruani. “Muchos de ellos quedaron con miedo de volver, porque quedaron como buscados, traidores a la patria, son perseguidos porque toda la culpa se la cargaron a nuestros paisanos indígenas. Muchas familias tuvieron que salir de allá y terminaron siendo alojados acá”, comentó Campos.

“Estamos trabajando con el gobierno de la República Federativa de Brasil de forma de organizar a estas comunidades indígenas emigrantes y para que ellos trabajen con la OIM en sus planes de vida, porque no tienen planificado volver a Venezuela. La idea principal de ellos es continuar en Brasil y ya se creó un plano de atención a niños, niñas, adolescentes y adultos inmigrantes indígenas de las etnias waraos, eñepa, taurepán y yekuanas”.

 Foto de MAURO PIMENTEL / AFP)

 

Como la etnia warao es la única que no se conseguía en Brasil, a diferencia de las otras etnias ya estaban presentes, esto ha dificultado su reubicación e incursión dentro de la sociedad.

Éxodo de indígenas

En su primera edición del Informe de Actividades para las Poblaciones Indígenas de la Agencia de la ONU para los Refugiados (ACNUR), publicado en marzo del 2020, ya señalaban que unos 5 mil indígenas refugiados y migrantes se habían registrado en territorio brasileño. Las cifras son cada vez más altas y alarmantes.

ACNUR está registrando desde 2018, el ingreso de indígenas de Venezuela a Brasil. “Muchos son solicitantes de asilo, es decir, se identifican legalmente como individuos que han abandonado su país y territorio por la fuerza debido a un temor fundado de persecución o violación continua de los derechos humanos”, destaca el informe.
La presencia de los indígenas se dividen en cuatro grupos étnicos: warao (66%), pemón (30%), eñepa (3%) y kariña (1%). La mayoría de los indígenas desplazados se encuentran en la región norte. Sin embargo, muchos de ellos ya están presentes en 16 estados diferentes en Brasil, resalta ACNUR.

En relación con el pueblo warao, solo en Roraima hay aproximadamente 1.300 indígenas de este grupo étnico. En Pará hay más de 970 y en Amazonas unos 600. El resto de la población warao está dividida entre las otras regiones de Brasil, con una buena parte en el noreste.

Niños venezolanos

En la red de Educación Municipal de Pacaraima en Brasil hay un total de 3.460 estudiantes registrados, de los cuales 1.650 son emigrantes. “Eso está ocurriendo en otros municipios del estado Roraima donde la migración y el flujo migratorio desde Venezuela ha impactado muchísimo aquí en Brasil”, dijo Selma Campos.

 

Precisó que la situación se ha agravado, sobre todo en Pacaraima, ya que ha impactado en el tema educativo, hospitalario y de servicios públicos. “Nuestros emigrantes están en la calle en carácter de indigencia, porque la operación acogida no se da abasto. Son muchos los que pasan a pesar de que la frontera está cerrada”.

Campos explicó que algunos usan las trochas de forma ilegal para poder de alguna u otra forma continuar con su vida en Brasil. Muchos llegan por el tema de salud, lo cual ha generado el colapso de hospitales y de los puestos de unidad de salud básica, porque son muchos que llegan sin vacunas.

El régimen chavista que desde 1999 alzó la bandera de la “defensa y protección” de los pueblos originarios, hoy evidencia con hechos públicos y notorios, su desprecio por los indígenas, que han huido a Brasil buscando mejores condiciones de vida.