“Mi familia me salvó la vida…” Esas fueron las palabras de Eduardo, un joven de apenas 29 años, con un hijo, un sobrino y padres a quienes debe sustentar. Es educador y sobrevive haciendo varias actividades a la vez.
Carmen Elisa Pecorelli // Corresponsalía La Patilla
Eduardo donaba sangre como algo común y normal en su vida, y fue hace 11 años cuando sorpresivamente recibió los resultados de los análisis de rutina para la donación y estos salieron VIH positivo.
“Al enterarme guarde documentos, guarde todo y no quise saber nada”. Pasó el tiempo y dice que se dedicó a “rumbear”, salir y pasar el tiempo. “Yo era un chico feliz, alegre y contento, mi vida era una fiesta y no le pare a eso”. Así pasó el tiempo, y fue hasta el año pasado cuando comenzó a deteriorarse, a adelgazar, luego sus piernas se inmovilizaron y hasta perdió la voz.
Fue entonces cuando su familia se entera y decide ayudarlo de una manera muy disimulada, porque el rechazo de la sociedad cada día es mayor. “Hay que perder el miedo, la familia es lo más importante”, así finalizó este joven VIH positivo que aseguró que sí se puede vivir cuando se quiere.
Desde el año 2016 y hasta la fecha, hay déficit de insumos en la red pública del sistema de salud para el área de pacientes con VIH. A eso hay que añadir los altos costos de los exámenes de laboratorios. Esta situación está afectando a unas 104.000 personas a nivel nacional.
Según Luis Figueroa presidente de Aciva Aragua (asociación sin fines de lucro que atiende a personas con VIH), en el estado Aragua existen alrededor de 3.000 pacientes de VIH, de los cuales 60 son niños, 800 son mujeres y más de 2.000 son hombres. Desde el año 2011 comenzaron las fallas en el suministro de insumos para los pacientes con este padecimiento. Sin embargo, esto se agudizó en 2016.
A partir de ese año prácticamente desapareció la compra de medicamentos y reactivos por parte del régimen chavista, razón por la cual unas 36 organizaciones de Aragua se reunieron para activar estrategias de autoabastecimiento con apoyo internacional. Aun cuando no cubre el 100% de los pacientes, constituye un apoyo muy importante.
De acuerdo con un informe elaborado por varias organizaciones no gubernamentales, entre enero de 2020 y junio de 2021, 643 personas fallecieron por Sida en Venezuela. En ese periodo estudiado también se pudo registrar que hubo 2.757 casos de discriminación a pacientes con VIH en instituciones públicas de salud.
Ayuda internacional
Las organizaciones no gubernamentales realizaron un trabajo especial a nivel nacional e internacional, y desde el primer momento Venezuela, por diversas razones, no aplicaba para recibir la ayuda del Fondo Global de lucha contra el sida, tuberculosis y malaria. Sin embargo, se declaró la crisis en la nación y así se pudo optar para recibir el apoyo del Fondo Global.
Gracias a esta importante ayuda es posible que muchas personas obtengan el tratamiento para VIH, tuberculosis y malaria, ya que el régimen de Maduro no está comprando estos medicamentos.
A nivel Internacional para pacientes VIH existe una variedad de 19 esquemas o combinaciones de tres medicamentos cada uno. En Venezuela se cuenta solamente con una combinación, y aun así hay déficit, señaló un miembro de la asociación civil Impulso Vital, quien no quiso revelar su identidad.
Cada uno de estos esquemas representan una terapia distinta que depende de las condiciones particulares de los pacientes. Debería existir una gama abierta, porque cada persona es distinta y no todas toleran los mismos medicamentos. Por ejemplo, hay quienes desarrollan resistencia a algunas medicinas y deben recetarse con otros medicamentos que en Venezuela es imposible de hallarlos.
“Hace dos años atrás, en Aragua había una población de 6.000 pacientes aproximadamente”, precisó Figueroa, quien también detalló que esa cifra bajó a unas 3.000 persona. Muchos han fallecido, otros no tienen ni para comer, hay quienes se fueron del país buscando tratamientos y una mejor calidad de vida, y hay otros casos de personas que no tienen ni para pagar un pasaje y trasladarse a los centros de salud correspondientes.
La psicóloga Mirian Di Santo fijó posición sobre el aspecto emocional de las personas que padecen de VIH. “Esto hace estragos en los pacientes que lo tienen VIH. El sistema inmunológico lo tienen debilitado, y esto a su vez afecta la parte emocional. Tienden a sufrir de ansiedad, frustración, culpabilidad”.
El rechazo, la crítica y el estigma los hacen sentirse cada vez peor con su entorno familiar y social. A su juicio, cuidar el sistema inmunológico es determinante para tratar la parte emocional del paciente.
Gastos permanentes
Para la mayoría de los pacientes de VIH, la situación se torna cuesta arriba. No solamente se trata del esquema de tratamiento, también son los costos de consultas, vitaminas y una buena alimentación que les permita mantener fortalecido su sistema inmunológico.
A nivel nacional, se necesitan unos 33 millones de dólares anuales para poder cubrir solo gastos de medicamentos.
Por otra parte, se conoció que la población infantil con VIH padece de graves problemas alimentarios. El coordinador regional de Aciva contó que hay madres que dejan de comer para que sus hijos tengan una o dos comidas al día, dada las pésimas condiciones socioeconómicas en la que viven. En algunas ocasiones hay fundaciones que donan comida al Hospital Central de Maracay, donde atienden a los niños con VIH.
En Aragua solo existen tres centros de dotación de tratamientos para VIH: el Hospital Civil en la Plaza Bolívar de Maracay, el Hospital de La Victoria y en el Hospital Central de Maracay solo para el área infantil.
Trabajadores del Hospital Civil de Maracay informaron que no hay ningún tipo de reactivos en ese centro de salud. Quienes necesitan realizarse sus análisis de control o por cualquier otra situación, deben acudir a un centro privado.
El mal estado de este y otros centros de salud fue una de las denuncias de trabajadores y usuarios. Dijeron que hay graves problemas de infraestructura tales como baños inservibles, la falta de iluminación y la ausencia de servicios básicos.