Uno de los grandes deseos de toda persona en el momento de la intimidad es disfrutar del sexo de forma plena y placentera. Sin embargo, algunos detalles podrían ocasionar incomodidad, como la resequedad vaginal y el dolor durante la penetración, bien sea con la pareja o en una experiencia a solas, utilizando algún elemento durante la masturbación.
Por Trome
Por eso, los lubricantes se convierten en un gran aliado y pueden mejorar tu vida sexual. Para ello, Sara Mendoza, especialista en salud sexual y reproductiva de APROPO señala tres aspectos esenciales que debemos tener en cuenta.
1. Usar lubricante puede darte mayor seguridad
El lubricante a base de agua es un excelente complemento para los preservativos de látex. La vaselina, en cambio, está compuesta por aceites que pueden debilitar el condón e incluso hacer que se rompa durante la penetración. Esto podría exponer a la persona a riesgos como infecciones de transmisión sexual o embarazos no deseados.
Es importante saber que el lubricante sexual es un producto especialmente diseñado para esa función. Es más seguro que otros elementos, como cremas o la saliva, y su uso es muy sencillo. Solo basta con aplicar pequeñas cantidades en la zona genital para disfrutar al máximo.
2. Evitar el dolor y aumentar el placer
Cuando se experimenta resequedad vaginal, habitual en la menopausia, el lubricante juega un rol muy importante, permitiendo la suavidad y fluidez en el sexo. No obstante, logra intensificar el placer en todo tipo de circunstancias, otorgándole a la mujer la posibilidad de un goce pleno. Para ello, puede aplicarse un lubricante a base de agua en el clítoris y los labios vaginales.
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