Así fue la crisis de inflación que provocó que el dinero no valiera nada en la Alemania previa a Hitler

Así fue la crisis de inflación que provocó que el dinero no valiera nada en la Alemania previa a Hitler

Berlín (Alemania). Transporte al Banco Nacional de los billetes de valor fijo emitidos en 1923 para terminar con la crisis de inflación.

 

 

 





La crisis de precios ha llevado a niveles de inflación récord a la economía europea, especialmente a España, donde se ha registrado un aumento del 5,6% interanual, una cifra sin precedentes desde septiembre de 1992. Con estas cifras sobrevuela sobre el continente el miedo a lo sucedido en los años treinta en Alemania y en otros rincones del globo, cuando el dinero perdió de golpe su valor y era necesario cargar con kilos de papel para un sencillo pago. Así lo reseñó ABC.

Los alemanes hacen cola en el Reichsbank para conseguir la nueva moneda-

 

Fue así el caso de Austria y luego la República de Weimar alemana, cuya moneda salió herida de muerte de la Primera Guerra Mundial y con unas tasas de endeudamiento público dantescas. En sus memorias ‘El mundo de ayer’, Stegan Zweig describió un escenario propio de una película de terror en su patria natal:

«Tengo la impresión de que a un economista que quisiera describir plásticamente todas estas fases, la inflación primero en Austria y después en Alemania, no le costaría mucho superar el suspense y el interés de cualquier novela, pues el caos adquiría formas cada vez más fantásticas. Pronto ya nadie sabía cuánto costaba algo. Los precios se disparaban caprichosamente; una caja de cerillas costaba en la tienda que había subido los precios a tiempo veinte veces más que en otra, cuyo honrado dueño vendía ingenuamente sus artículos todavía al precio del día anterior; en recompensa a su probidad veía la tienda vaciada en menos de una hora, porque uno se lo decía a otro y todo el mundo corría a comprar lo que estaba a la venta, tanto si lo necesitaba como si no».

La mayor parte de los pagos de guerra y las ayudas a empresas se efectuaron emitiendo dinero sin límite

La República de Weimar que reemplazó a la dinastía de los Hohenzollern, con los socialdemócratas en la presidencial, evitó la situación de colapso sufrida en Austria con una rápida desmovilización militar, un aumento de las exportaciones y una inyección agresiva de capital gracias a los bajos tipos de interés. Esto subió aún más la ascendente inflación, pero no fue, sino el pago de las reparaciones de guerra, o más bien, la incapacidad de pagarlas, lo que inició una tormenta sin igual de ascenso de precios.

Desfiles de obreros parados en Nueva York.

 

La mayor parte de los pagos de guerra y las ayudas a empresas se efectuaron emitiendo dinero sin límite. Los billetes puestos en circulación por el Estado llamados Papiermark, sin equivalente en oro, hicieron a niveles disparatados. En enero de 1922 la inflación se propulsó al 70% y el cambio del dólar a siete mil quinientos marcos, lo que significaba que la moneda alemana no valía nada. La consecuencia inmediata es que la gente prefería pagar con cualquier otra cosa que no fuera dinero unos alimentos y artículos de consumo que subían radicalmente de un día para otro. En 1923 se llegaron a emitir billetes con un valor teórico de cientos de millones de marcos.

La inflación remitió a partir de ese año, cuando se suprimió la moneda Papiermark por el Retenmark, o marco seguro. Entre 1924 y 1928, Alemania creció a una tasa media anual del 5%, pero el Crac del 29 en EE.UU. resucitó viejos y nuevos fantasmas. En ese contexto de créditos a tipos muy bajos (lo mismo que hoy), la Bolsa de Nueva York no dejó de inflarse desde 1924 hasta multiplicar por tres su valor y, finalmente, estallar en la fatídica fecha del 24 de octubre de 1929. En pocos días, el Promedio Dow Jones de Industriales había caído más del 25% de su valor, el equivalente a casi 5.000 millones de dólares de la época. En otros países, sin embargo, la hiperinflación y la crisis económica ofrecieron otro rostro más aterrador si cabe.

La retirada de los créditos bancarios que percibía Alemania de Estados Unidos, que habían contribuido a la reconstrucción de su tejido económico, provocó la quiebra de innumerables empresas industriales. Los bancos alemanes cerraron sus puertas durante varias jornadas en julio de 1931 ante el temor de una avalancha de clientes desesperados por disponer de sus ahorros. La quiebra bancaria fue de la mano del ascenso del paro, que entre 1928 y 1932 alcanzó los seis millones. Fue precisamente en ese contexto de nubes negras donde el Partido Nacional Socialista alemán fue ganando terreno hasta hacerse con el poder en 1933.

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