Es el peor asesino serial del mundo y podría quedar libre

Es el peor asesino serial del mundo y podría quedar libre

Garavito y sus múltiples caras y disfraces (LVD)

 

 

La posibilidad de que el asesino serial de niños Luis Alfredo Garavito sea excarcelado en Colombia quedó latente, pese a las explicaciones de autoridades que solo disiparon parcialmente el miedo ante una posible libertad condicional del hombre a quien se le atribuye la muerte de más de 140 menores.





Por: Clarín

El que Garavito no esté en libertad se debe a que aún no resarció con dinero a sus múltiples víctimas, puesto que ya cumplió con las tres quintas partes de su pena de 40 años y tuvo comportamiento “ejemplar” en prisión, como lo contempla la ley.

Garavito, llamado por la prensa local como “La bestia”, fue arrestado en abril de 1999 en momentos en que investigadores de la Fiscalía intentaban dar con el paradero del asesino de cientos de niños por todo el país, víctimas de horrendos actos de violencia sexual.

Al temible asesino lo detuvo la policía en Villavicencio, ciudad a 123 kilómetros al sur de Bogotá, tras el recibir el llamado de un niño que se había salvado de un violador. Sin embargo, Garavito, que solía ocultar su identidad, le dijo a las autoridades que se llamaba Bonifacio Morera y negó las acusaciones en su contra.

Cuando la policía reportó a Bogotá lo ocurrido, las alarmas de los investigadores se encendieron, viajaron a Villavicencio y desenmascararon al asesino serial, que confesó sus crímenes y fue condenado a 40 años de prisión.

Desde entonces, Garavito está recluido en la cárcel de máxima seguridad de La Tramacúa, en Valledupar, norte del país.

Este fin de semana un programa de televisión reveló que el Instituto Nacional Penitenciario y Carcelario (Inpec) presentó a un juez local la solicitud de libertad condicional del asesino serial, argumentando que había cumplido con una parte amplia de la pena.

Aunque la petición se produjo en mayo pasado, cuando el país era testigo de las protestas sociales, y el juez de la causa negó la petición por el tema económico, el país quedó alertado de una eventual excarcelación dado que su caso se ajusta a la normatividad local.

En su momento, el juez de penas de Valledupar, Camilo Manrique, negó la libertad al advertir que no se podía “prescindir” de la “verificación rigurosa del criterio financiero”, a pesar de que “ello implique restringir el goce” de la “libertad condicional, en atención a la naturaleza de las conductas y múltiples sanciones”.

Garavito, a quienes psiquiatras ligados a su causa judicial le diagnosticaron un “trastorno de la personalidad antisocial”, fue condenado por más de una decena de casos bajo acusaciones de “homicidio, acceso carnal violento, acto sexual violento secuestro simple e incendio culposo”.

Este martes y ante la reacción generalizada por el temor de la salida de uno de los peores asesinos seriales de niños del que se tenga conocimiento en la historia, el Inpec aclaró que solo tramitaron el pedido de excarcelación porque así lo indica a ley

“La función del Instituto Nacional Penitenciario y Carcelario es entregar la documentación correspondiente a tiempo de condena y de rendición al Juez de Ejecución de Penas, quien es el único competente para decidir sobre los beneficios” de los reos, precisó el Inpec.

Desde Glasgow (Escocia), el presidente, Iván Duque, montó en cólera ante la posible excarcelación de Garavito, a quien tildó de “rata apestosa”

“Tengo profunda indignación con esa posibilidad que alguien sugirió de que esa bestia de Garavito saliera de prisión. Ese es un bandido, un delincuente, es una rata apestosa que no hizo sino producirle daño a niños en nuestro país y el destino de ese delincuente es seguir en la cárcel”, disparó Duque.

Agregó que su gobierno “ni auspicia, ni respalda” la excarcelación y “que le quede muy claro al señor Garavito que en la cárcel se tendrá que quedar”, advirtió.

Sin embargo, la palabras del jefe de Estado van en contra de cara al Código Penal que contempla que los reos que cumplen con la mayoría de sus penas y han gozado de buena conducta pueden pedir su salida de prisión bajo observación, como lo hizo Garavito.

La historia de Garavito

Luis Alfredo Garavito nació en 1957 como el primogénito de una familia que crecería con otros seis hijos en Génova, departamento del Quindío en plena zona cafetera de Colombia. Su infancia, según lo que registró el escritor Harold Schechter en su libro “The Serial Killer Files” (“Los archivos de asesinos en serie”), estuvo marcada por el maltrato. Schechter explica que Garavito fue “sometido a golpizas brutales y constantes por su padre alcohólico” y “violado por dos vecinos adultos”. De ahí que haya crecido como una persona alcohólica y depresiva con tendencias suicidas.

A finales de los 80, empezó a cambiar de residencia, tras haber pasado por un centro de tratamiento psiquiátrico.

Desde la década de 1990, Garavito empezó a sembrar el terror en Colombia. Atraía a sus víctimas haciéndose pasar por vendedor ambulante, monje, indigente, persona en condición de discapacidad o incluso representante de fundaciones falsas para ancianos y niños, con el objetivo de tener acceso a las escuelas, según lo informó en 1999 el entonces fiscal general del país, Alfonso Gómez Méndez, meses después de capturar a este hombre. “Esto no tiene precedentes en Colombia”, sostuvo el funcionario.

Schechter apunta a que “La Bestia” primero se ganaba la confianza de niños entre los 8 y 16 años con su empatía, charla y a menudo comprándoles alcohol o dándoles algo de dinero. Después empezaba a ejecutar su macabro plan, invitando a los menores a dar un paseo por zonas rurales. “Cuando los niños empezaban a cansarse, Garavito lanzaba el ataque. Los amarraba con nylon, los violaba, mutilaba y después les cortaba la garganta o los decapitaba”, escribió el autor.

Se trata de una versión que ratificó el entonces fiscal Gómez Méndez en 1999, cuando habló del escabroso caso. “Los cuerpos fueron decapitados y mostraban señales de haber sido atados y mutilados”, sostuvo y agregó que Garavito antes bebía mucho y luego ataba a los niños. Los restos de sus víctimas se descubrieron en más de 60 lugares de Colombia. Y Garavito tenía un perfil claro: la mayoría eran hijos de vendedores ambulantes a los que sus padres descuidaron en algún momento en parques, semáforos o que pedían dinero en las calles. En pocas palabras, niños de bajos recursos, algunos de los cuales incluso vivían en la calle, según Schechter.