Una investigación del Pentágono ha concluido este miércoles que el ataque con dron que las fuerzas estadounidenses llevaron a cabo en Kabul el 29 de agosto y les costó la vida a diez civiles, entre ellos siete niños, no fue causado por mala conducta o negligencia, y no recomienda ninguna acción disciplinaria.
Por RT
La revisión, realizada por el teniente general de la Fuerza Aérea Sami Said, determinó que hubo fallas en la comunicación y en el proceso de identificación y confirmación del objetivo del bombardeo, informa AP, citando un alto funcionario de defensa.
“Como admitió anteriormente el Ministerio de Defensa, el ataque se cobró la vida de 10 civiles, entre ellos tres hombres y siete niños”, admitió Said en sus declaraciones, asegurando que tal medida se tomó “en defensa propia”. “La investigación no reveló ninguna violación a la ley, incluidas las reglas de la guerra”, insistió el militar.
Asimismo, la investigación concluyó que hay que tener en cuenta el momento en que se produjeron los hechos, ya que las fuerzas estadounidenses se encontraban bajo tensión por la información que les llegaba sobre posibles amenazas tanto a militares como civiles en el aeropuerto de Kabul debido al reciente atentado suicida mortal.
En un primer momento, los militares estadounidenses declararon que su ataque iba dirigido contra un coche bomba de los terroristas del ISIS-K.
Posteriormente, EE.UU. reconoció que su ataque “fue un error”. Asimismo, el general Kenneth McKenzie, jefe del Mando Central de Estados Unidos, confirmó que “es poco probable que el vehículo y los fallecidos estuvieran asociados con el ISIS-K, o representaran una amenaza directa para las fuerzas estadounidenses”.
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